sábado, 15 de junio de 2013

Cuenta regresiva de varios autores 25



49 – Me gusta – Carlos Enrique Saldivar

Siempre le ponía «me gusta» a sus propios comentarios en el facebook. Los demás lo criticaban por eso a menudo. Un día, decidió dejar de colocarle «me gusta» a sus propias opiniones. Desde entonces, se ha dado cuenta de que todo lo que publica en el facebook es basura.

48 – Nada de silencio – Sergio Gaut vel Hartman

—¿Usted es el 48, el muerto que habla?
—Sí —respondió el muerto.
—¿Y cómo sé que habla, que no es una grabación?
—¿Usted es estúpido? Le expliqué que estoy muerto y que hablo. ¿Necesita más pruebas?
—Una prueba más: ¿por qué en los Evangelios Lázaro no habla nunca?

47 – Desconcierto – Héctor Ranea

—¡Tamaño tambor para personal tan chiquito!
—¿Qué pasa pandereta tan oronda como croqueta?
—Pasa que me chifla el moño del director.
—No me distraigan que viene el scherzo y quiero juguetear.
—¡Siempre tan díscola el arpa!
—No proteste batuta que si marca mal todo cae atonal.
—¡Desafinados!

46 - La visión del ángel – Sarko Medina Hinojosa

Éramos millones, arrodillados ante él, dispuestos a ir a la guerra y morir por él. No sabíamos que el golpe vendría del interior. El Espíritu, más dispuesto al halago, le sugirió crear adoradores con libre albedrío, que serían conocidos como “Humanos”. La guerra civil aún continúa.

45 – Asesino fuera de serie – Sergio Gaut vel Hartman

—¿Qué queda?
—El 48, el 46, el 45…
—Quiero el 45. ¿Puede transformarlo en calibre?
—Puedo.
—Agregue una Colt y seis balas.
—¿A quién va a matar? —dijo el administrador de la página.
—A usted —replicó el escritor, sin advertir que las municiones eran ficcionales.

44 – Bosque encantado - Luciano Doti

Cuando la pitonisa le dijo que un espejo le mostraría la cara de su peor enemigo, no creyó que eso pudiera ser posible. Sin embargo, allí estaba él, en ese bosque encantado, cual Narciso, con su propia cara reflejada en un espejo de agua.

43 – Disparo - Sarko Medina Hinojosa

La bala surcó rasgó el velo de la novia, atravesó el hígado del cura, destrozó la mano del novio, dejó ciega a la futura suegra, paralizó el corazón de la madrina y se alojó finalmente en su objetivo: la niña de las flores.

42 – Destino – Sarko Medina Hinojosa

Los ojos del Eterno me miraban. Pensaba seguro en los eones de eones que vivió. En sus errores al crearnos, al permitir nuestra evolución. Cuando accioné el arma que acabaría con él y me transformarían en el Único, sentí un gemido largo.

41 – Desayuno – Sarko Medina Hinojosa

La misma historia: cocer los huevos, preparar el tocino, calentar el café, dorar las ratas, meter todo al molinillo y reducir los ingredientes a una pasta jugosa. Alimentar al monstruo multidimensional que parió 35 años atrás le cansaba cada día más.

40 - Ladrones - Ricardo Cabezas

Tenía grandes ideas para un cuento. Sin embargo, 39 escritores se me adelantaron. Iba a ocupar la casilla 40 cuando tú te metiste. Enloquecido dispare sobre ti. Las palabras explotaron en tu cabeza llenando la habitación vacía de obras maestras.

39 – La Luna – Héctor Ranea

—Esta noche, caballeros ¡la Luna más grande que hayamos visitado! —dijo el capitán Gurf.
Hubo aplausos, vítores. Ahí alcanzábamos todos a verla, bella, redonda con un planeta enorme a su lado desde donde contemplarla en éxtasis. Aullamos de regocijo.

38 – Matanza – Sarko Medina Hinojosa

Erase una vez un país el que se enseñó de manera obligatoria sobre microliteratura. El país con los años fue decreciendo demográficamente, económicamente, geográficamente, hasta el mínimo posible para la sobrevivencia. Allí empezaron a matar a los microliteratos.

37 - La verdadera razón de porqué escribir secuencias de microcuentos en orden descendente en Ráfagas y Parpadeos a la velocidad del rayo – Sarko Medina Hinojosa

¿Cuántos faltan? Como 13 microcuentos. ¿Llegaré a tiempo?. No te preocupes y escribe. ¿Se darán cuenta? Ya se enterarán por las noticias, piensa en la fama de tus escritos cuando sepan que te asesinaron mientras los escribías.

36 – Amor sin fronteras – Sarko Medina Hinojosa

Qué le digo señó, llegó y me dijo: ¿Queré conmigo? Y como estaba rebuena, no pregunté má. Pero igual me juntaba con ella pa qué decile, aún si me hubiera dicho eso de los platillos voladores.

35 – Una por otro – Sergio Gaut vel Hartman

Deprimido por la partida de la mujer, Jacob Perlmutter decidió convertirse en campeón mundial de ajedrez. No lo logró, por supuesto, pero conoció a un bello alfil negro y su vida se encarriló para siempre.

34 – El sueño del dinosaurio - Sarko Medina Hinojosa

El dinosaurio persiguió a sus víctimas a través de la selva y atrapando a una, surgió un grito estremecedor: —¡Corten! ¿Qué pasa, Rodrigo? ¿Qué parte de no morder a los niños no entiendes carajo!

33 – Un clavo remachado – Sergio Gaut vel Hartman

Devastado por el desprecio, Mazhirev urdió un plan para vengarse. Pero no pudo llevarlo a cabo: ella murió antes. Frustrado, la persiguió hasta el más allá, pero volvió a frustrarse: ella era catatónica.

32 – Evolución del amor – Sarko Medina Hinojosa

Me tallaré con ácido tu nombre en mi caparazón para que sepas que te amo más allá de la evolución que dictó que descendiera de las tortugas y tú de las gallinas.

31 – La Valse – Héctor Ranea

Saqué a bailar a Nietzsche. No bien se negó le dije:
—Si comete el error de no bailar, la música será un error que nadie se atreverá a corregir.
Inmediatamente, accedió.

30 - Niña caprichosa - Fernando Andrés Puga

Sentada en el piso, hojea la enciclopedia de los animales. De pronto salta la orca y se la traga sin masticar. ¡Mirá que le dije que no se acercara demasiado!

29 – Lo que refleja – Carlos Enrique Saldivar

Me coloco frente al espejo y no me veo. Esto es raro. Pero más raro aún es que sí puedo ver al que está detrás de mí, al vampiro.

28 - Problema de conciencia - Maria Elena Lorenzin

El preso escogió muerte por fusilamiento. Se echó una siestita y desestimó la última cena. El pelotón cargó los fusiles y disparó. Sólo uno tenía la bala mortal.

27 – Inversiones redituables – Sergio Gaut vel Hartman

Cuando el famoso escarabajo pelotero Asmas Oirogerg se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso ser humano.

26 - El bien preciado – Sarko Medina Hinojosa

No era cuestión de terquedad, solo que conservaba el baúl y su contenido, como el recuerdo más preciado de su familia: la colección de corazones paternos.

25 - Arquímedes - Ricardo Cabezas

Aquella noche, en el ágora de Siracusa, el gran Arquímedes exponía su última teoría: "Mostradme una mujer que no quiera compromisos, y moveré el mundo".

24 - El mate - Silvia Milos

—¡No servís para nada! —gritó furioso—, ya ni calentás. —Me atajé, cerrando los ojos cuando se acercó. Y tiró la pava a la basura.

23 - Dificultad - Federico Manías

A pesar de que debo escribir relatos de veintitrés palabras, la dificultad es tan grande para mí que sólo pude conseguirlo una vez.

22 – Inepto – Sergio Gaut vel Hartman

—Nunca logré aprender a jugar, aunque me esforcé por percibir la armonía intrínseca que mencionan los artistas.
—¿Ajedrez?
—No. Papel, piedra, tijera.

21 – Es delicioso leer – Carlos Enrique Saldivar

Estaba leyendo un libro y no lo entendí. Tuve que comérmelo con todo y tapa para que me llenara el alma.

20 – Confieso que he comido – Sarko Medina Hinojosa

Después de comerse al dinosaurio, el viajero del tiempo estaba asustado. Las connotaciones futuras de su acto gastronómico le aterraban.

19 - Musicoterapia - Ricardo Cabezas

Tañendo el arpa de oro con sus manos, David expulsaba a los espíritus inmundos del cuerpo del Rey Saúl.

18 – Levítico - Ricardo Cabezas

Entonces escuchamos la voz de Dios Todopoderoso: “No dejareis con vida a los hechiceros ni a los sacerdotes”.

17 – Capcioso cordero – Héctor Ranea

Nada tiene más sabor que su cabeza rellena con pasta de ajo y chile, hombre o mujer.

16 - La otra vida - Ricardo Cabezas

Soy un demonio lujurioso que sufre de impotencia. Por desgracia, en el infierno no venden Viagra.

15 - Obediencia debida - Fernando Andrés Puga

— ¡A barlovento! — ordenó el capitán y, aun sabiendo el desenlace, terminamos destrozados contra los arrecifes.

14 - Será justicia - Federico Manías

Parece una exageración, pero hizo encerrar a su abogado sólo por perder el juicio.

13 – Trece – Sergio Gaut vel Hartman

Jamás voy a escribir un cuento de trece palabras porque soy muy supersticioso.

12 - La lucha en la pampa - Sarko Medina Hinojosa

El gaucho arremete contra el monstruo, la sangre verde es una cascada.

11 - Invocación accidental - Federico Manías

—¡Demonios! —exclamó contrariado el médium.
Sí, exacto: aún hoy nos gobiernan.

10 - Misterio - Federico Manías

Tal vez Samsa descubrió el verdadero riesgo de ser viajante.

9 - Gula - Federico Manías

Pidió una milhojas, y se perdió entre sus párrafos.

8 - Error de cálculo - Federico Manías

Supuso que sería un cuerpo más. Fue amor.

7 - La parada en el colectivo - Cristian Cano

La zanguanga de tu novia se propasó.

6 - Descubrimiento universal - Sarko Medina Hinojosa

El ser humano es un virus.

5 - Preguntamos a coro - Mario Cesar Lamique

¿Y si mañana seguimos estando?

4 - Pacto suicida - Juan Manuel Montes

Juro con Gloria morir.

3 - Descartes - Juan Manuel Montes

Compro, luego tiro.

2 - El misterioso caso del asesino inconfeso - Sarko Medina Hinojosa

Yo fui.

1 – Discurso de un congresista peruano acerca de la humildad, la honestidad, la justicia y dos novelas de Mario Vargas Llosa – Carlos Enrique Saldivar

—Paso.


0 - Elipsis - José Manuel Ortiz Soto




El cuadro que ilustra esta serie es de Caravaggio.