sábado, 4 de diciembre de 2010

Ráfagas eróticas, parpadeos orgásmicos




Héctor Ranea

Extravío
Al fin, ella accedió a tener sexo seguro con él. Entonces se lo oyó exclamar:
— ¡Cáspita! ¿Dónde habré dejado mi lengua?
Desolado, IX-60 siguió buscándola frenéticamente antes de que la androide cambiara de idea.

Oscura es la mano
Me tocaba los senos, blancos como leche y gozaba. Acarició mi ombligo y jadeaba. Llegó a mi miembro. Silencio.
— ¿Cómo miembro?
Pensé, ilusa, que no pronunció el acento. Huyó.

Aderezo
En los olores que sueltan nuestras caricias, todos los sentidos nos abren las puertas de una vida que se renueva.

Caminante, no hay camino
De tanto recoger experiencias eróticas su punto G quedó tan hipersensible que la sola mención de un lápiz labial hacía entrar en éxtasis hasta sus sandalias.


 Sergio Gaut vel Hartman

Eyaculador muy precoz
No sabía qué era peor: excitarse con su madre o haber alcanzado la pubertad en el útero

Estrés
"Este trabajo es matador", reflexionó el presidente de los Estados Unidos. "¿Qué tal si me doy una vueltita por el Salón Oval y me distiendo un poco?"

Exogenitalidad
Había logrado, finalmente, seducir a la hembra extraterrestre. Ahora sólo restaba deducir, de todos aquellos orificios y protuberancias y hendiduras, cuáles debían ser apretados, penetrados, chupados y/o mordidos, lamidos, estrujados, impregnados, aspirados y/o arrancados, masticados…

Ante varios testigos
—Los sorprendí en pleno acto sexual, señoría —dijo el agente del orden—; estaba haciéndolo delante de varias personas, algunos de ellos, niños.
— ¡Digan sus nombres! —exclamó el juez con severidad.
—Aguja —dijo Aguja.
—Hilo —dijo Hilo.


Carmen Carrillo

La venida de Cristo
Un tanto impaciente, María Magdalena la sigue esperando

Místico
Guardaba el celibato casi religiosamente: copulaba sólo de misionero y únicamente cuando viajaba a San Francisco, Santa Bárbara, Sao Paulo...

Croquis
-Ahora te digo dónde está mi punto G- dijo la sexagenaria a su marido.
-Ahí. ¿Lo ves? Es ahí.
Desde luego, su dedo índice apuntaba hacia la joyería Cartier que estaba en la esquina.

Gnosofilia
-¿Por qué te enojas? Dijiste que me enviabas a la universidad a chupar conocimiento- dijo la chica.
-¿Por eso te acostaste con el Decano? - preguntó el padre, furioso.
-¡Claro! El viejo es una enciclopedia andante...


María del Pilar Jorge

Fantasía
Imágenes hechas de palabras perfectas: imágenes donde titila tu sonrisa, tu boca y tus manos escapándose en profundas, estremecidas, lentas caricias que recorren, avanzan y penetran mi cuerpo.

Kamasutra
Con sus labios húmedos dibujó arabescos sobre la piel de su amado.

Enamorándose
Cuando abandonó aquella memoria de los momentos pasados y de otros tiempos vividos, y descubrió en su presente un camino hecho de sonrisas y caricias, comenzó a perseguir nuevos sueños.

Antonio J. Cebrián

Interrupción
El orgasmatrón fue el electrodoméstico record de ventas del año.
Al primer corte de energía, la ciudad se sumió en el caos más absoluto.

Obesidad
Él me hizo el amor con tanta entrega y ternura que preferí no advertirle que su objetivo estaba dos pliegues más abajo.

Sin escrúpulos
Ella era muy sucia, pero llegué tan excitado que no me importó hacer el amor con la cerda de Jacinta.
Luego lo hice con Jacinta.

Psicólogo libinidoso II - Miguel Dorelo y Antonio J. Cebrián
Vengo a que me cure, don Freud; no puedo parar de escribir ráfagas eróticas.
¿De qué se queja? Yo escribí diez mil de esas y las escondí dentro de unas tapas en las que ponía "psico... no sé qué".


Rafael Vázquez

Al soñar se hace camino
Volví a soñar que exploro los senderos que se pierden adentro de tu epidermis. La escalera de caracol de tu ombligo, la hendija húmeda entre los muslos... De nuevo volví a despertar exhausto y tú satisfecha.

Umbilicus mensura
Hoy inventé un nuevo sistema métrico para medir la vida. La distancia entre tu axila y el ombligo. Por lo que a mí respecta, lo que no encaje en él no existe hasta que no se demuestre lo contrario.

Irse por partes
Escribo boca y el papel se moja de saliva. Cadera y un vello púbico se enreda entre las letras. Se ve que no terminaste de irte de mis palabras.


Mi idioma favorito es tu lengua. Y no, no hablo de ningún pretendido sistema de comunicación al uso.


Nanim Rekacz

Antes de partir
-Dame tu boca -me dijo. Se la dí.
-Ahora, tu vagina.
Se la dí.
Se las puso a la muñeca inflable.
-Así no te extraño ni te soy infiel. Ya podés irte de viaje.

Pesadilla
Soñé que él me quitaba la ropa, yo lo desvestía, nuestras pieles desnudas se fundían y hacíamos el amor como perritos. Al despertar, lo vi a mis pies. Movió la cola y ladró. Sólo atiné a maullar.

Eyaculación precocísima
Acabó de una.

La vida real después del final del cuento
Blancanieves se casó con el príncipe azul pero, en secreto, extrañaba a los enanos.
Él estaba convencido de ser un gran amante: ella, cada noche, fingía siete orgasmos.


Saurio

Era tan bruta que en vez de punto G tenía punto J.

El Marqués de Sade y la Princesa Rusa leen el Kamasutra
- Aburrido...
- Aburrido...
- Aburrido...
- Lo hice...
- Aburrido...
- Nada nuevo...
- Para principiantes...
- Aburrido...
- Aburrido..

Don de lenguas LXIX
El escritor erótico Bertoldo Burundarena era conocido en todo el mundillo literario por su magnífico y refinado uso de la lengua, pese a que sus libros eran pésimos y estaban muy mal escritos.

Eyaculación precoz
En seis palabras tuvo un orgasmo.

Ella culación aún más precoz
Acabó en cuatro palabras.


Daniel Frini

Tu, puta
Dieciséis años y el miedo en la piel. Mis tíos pagando el precio del debut. Penumbras y olor a jabón barato. Tus manos enseñándome a tocar mujer. «Labios», dijiste y me guiabas; y dijiste «tetas», «culo», «concha»
Sesenta años despues estoy muriendo. Sonrío y solo te recuerdo a vos.

Olor/sabor/final
Ella huele a duraznos y sabe a cerezas. Sus pechos suben y bajan al ritmo de su respiración, agitados. Llora sin emitir sonido. El le besa el ombligo, apoya su cabeza en el vientre firme y se duerme, satisfecho. Ella lo acaricia y, prolongando su placer, se lo come.

Gang bang salvaje
Desenfreno, desmesura, gemidos. Placer y lujuria dentro del costurero. Los hilos derrochaban testosterona. La aguja clamaba por más. Todo se desmadró cuando Hilo Negro e Hilo Rojo presentaron la sorpresa de la noche.
Ella se puso pálida. En un alarido gritó:
— ¡El camello no!
No le hicieron caso.

Miguel Angel Dorelo

Psicólogo libinidoso
-Vengo a que me cure, don Freud; no puedo parar de escribir ráfagas eróticas.
-Sacáte las pilchas y agachate que yo te curo, mamita.

Recatada
Tuve una novia que era muy tímida y conservadora; jamás participaba en una orgía si no conocía al menos a seis de los participantes

Tour
Subo y bajo por tus piernas, me deslizo suavemente por tus pechos y  recorro apresurado tu cadera. Todo es poco: tu cuerpo con tantos hermosos lugares por visitar y yo sin tiempo.

Camino a la gloria
Mi lengua bajando por tu espalda va marcando el sendero hacia ese destino final mezcla de cielo e infierno.