viernes, 25 de junio de 2010

Sergio Gaut vel Hartman: 24 ráfagas samsianas para un 25 nublado, casi lluvioso

Accidente de tránsito
El tipo casi me pisa al subir al ascensor.
—¡Eh! ¿Qué hace? ¿No me ve?
—Gre... gor... ¿Samsa? —Se llevó la mano a la boca, estupefacto.
—No. ¿Cree que ese escarabajo ridículo es el único que experimentó una metamorfosis?

Trueque o algo así
—¿No le puede cambiar el final?
Kafka miró asqueado a Samsa. —¿Por qué tendría que hacerlo? ¿Usted iría a hablar con mi padre para que deje de tratarme como lo hace?

Puro Hollywood
Gregor Samsa quiso conseguir un trabajo de extra en una película de serie Z en la que un tipo comía escarabajos. Lo rechazaron argumentando que el maquillaje era poco creíble.

Mix
A Greta, la hermana de Gregorio Samsa, jamás le había pasado por la cabeza la idea de que se pudiera practicar a la vez el incesto y la zoofilia.

Prejuicios
Al final la familia de Gregor Samsa se acostumbró al repugnante aspecto del metamorfoseado, pero a los vecinos les dijeron que era un primo del campo.

En la fábrica de pastas
Gregor Samsa dejó de comer ravioles el día que supo con qué se hacía el relleno.

El escarasaurio
—Si mi historia la hubiera escrito Monterroso —dijo Samsa—, y no el amargado de Kafka, otro gallo cantaría: yo aún estaría allí.

Segunda mano
Atacado por un irrefrenable impulso, Samsa compró los zapatitos de bebé que vendía Hemingway, pero nunca pudo encontrar otros cuatro idénticos, ni siquiera parecidos. Decepcionado, se los regaló a la mariposa de Chuang Tzu.

Injusticia
—Lo que más me revienta —dijo Gregor—, es que Kafka únicamente haya terminado la novela en la que yo muero. Y que además sea la más corta.

De aficionado a profesional
Después de leer una veintena de microficciones en las que él aparecía como protagonista, Gregor Samsa le tomó el gusto al asunto y decidió escribirlas él mismo. Aunque no fueran mejores se garantizaría una mejor caracterización.

Revancha
Soy un inventor del siglo XXV. Construí la máquina del tiempo, un resucitador universal y el transmutador de materia. A continuación viajé al 4 de junio de 1924, y dirigiéndome al cementerio judío de Praga, reviví a Kafka y lo transformé en escarabajo.

El cuarto poder
Samsa fue tomado como periodista en el Daily Planet de Metamorfosis, pero Clark Kent, celoso, lo quemó al segundo día con la visión de rayos X. También derritió sus propios anteojos.

Aprendiendo el truco
Cuando Gregor Samsa pudo arrancarle a Kafka el mecanismo mediante el cual se podía transformar a una especie en otra, hizo que Batman fuera un murciélago, Sandokán un tigre y el hijo del rey de Francia un delfín.

Presbicia
—¡Te amo! —exclamó Samsa excitado—. Nunca he visto una escarabaja más hermosa que tú.
—¡Ay, Gregor —dijo la mosca—. Otra vez te olvidaste los anteojos.

Émulo
Samsa quería cantar como Gardel. —El día que me quieras la rosa que engalana se vestirá de fiesta con su mejor olor. —El pisotón creó una leyenda entre los escarabajos peloteros: dicen que cada día huele peor.

Mal negocio
Cuando Samsa supo que era famoso porque cientos de microficcionistas escribían textos en los que él era personaje, rompió el contrato con Kafka y se puso bajo la tutela de Monterroso. Pero este lo transformó en un dinosaurio y ya no pudo moverse más. Aún sigue allí.

Orgasmos
Asomados a la ventana de su famoso microcuento, Monterroso y el dinosaurio se excitaban como locos espiando al triángulo formado por Lolita, Nabokov y Samsa. Los orgasmos eran siempre treinta y dos.

La microficción más corta jamás escrita
Kafka, Hemingway y Monterroso se reunieron para escribir la microficción mas corta posible. Se pusieron de acuerdo en que alcanzaba una palabra y esa palabra era “Samsa”.

¿Ser o no ser?
El congreso internacional de escarabajos se reunió para tratar el llamado “problema Samsa”. Por decisión unánime, los representantes de las trescientas sesenta mil especies resolvieron que el famoso personaje de Kafka es una cucaracha.

Combatiente
Durante la Segunda Guerra Mundial, Gregor Samsa peleó para los aliados. Era un experto encerrando nazis y desquiciándolos gracias a las situaciones kafkianas que era capaz de construir.

Futbolista
El seleccionado de la República Checa ganó el campeonato mundial de 2014 gracias al maravilloso desempeño de Gregor Samsa como delantero de punta. Ningún guardameta podía prever con qué pata lanzaría el disparo fatal.

Estómago delicado
Gregor Samsa fue expulsado del sindicato de escarabajos peloteros por ineficaz. Nunca pudo hacer rodar una bola de estiércol porque el olor fecal le producía arcadas y lo hacía vomitar a cada rato.

Cuento de miedo
Al despertar, tras una noche de sueño intranquilo, Gregor Samsa descubrió que Chuang Tzu era un enorme insecto que le vendía zapatos de bebé a una mariposa convertida en dinosaurio. Cuando encendió la luz todavía estaba allí.

Los sueños sueños son
Eduardo Galeano soñaba con ser Peledona, la síntesis del mejor jugador de fútbol de la historia. Martin Luther King tenía un sueño de igualdad y justicia. Samsa soñaba con ser un Volkswagen.