domingo, 10 de mayo de 2009

58 parpadeos, por el regreso


Año tras año 7 - Adriana Alarco de Zadra
Un rayo atravesó la noche. Pareció aliviado y siguió adelante con su plan malvado: enterrar a su suegra en el jardín botánico bajo la planta carnívora para eliminar vestigios.

Edilberto Aldán
Duerme mientras las hormigas trazan el mapa subterráneo que las llevará a la victoria.

Pájaros - César Antonio Alurralde
Las ramas se poblaron de pájaros. Sonó un disparo y el árbol cayó pesadamente.

Y al final, ¿quién ganó? - Jorge X. Antares
La mujer regaló un último beso al caído antes de fallecer. La muerte cubría el campo de batalla como una niebla pegajosa. La guerra de sexos por fin tenía un vencedor.

Olga A. de Linares
Creyendo que lo que revoloteaba en torno a la cabeza de su hijo, el aspirante a poeta, era una mosca, aquella mujer destruyó de un solo palmetazo una floreciente carrera literaria.

Giselle Aronson
A los Reyes Magos les pedí un príncipe que al besarlo se convierta en sapo.

Euclideana - René Avilés Fabila
En una ciudad actual la distancia más corta entre dos puntos no es la recta: es el zigzag que nos evita los semáforos.

De suicidios - Max Aub
Después de todo, nada. Me mandó al demonio; voy.

Por favor – Ricardo Bernal
Pide las cosas por favor, le decía siempre su madre. El hombre nunca lo olvidó.
—Por favor coloque la cabeza aquí —decía cada vez que alguien llegaba a su guillotina.

Corazonada - Antonio Cabrera 
—Rápido —dijo—, arrojad a ese río las cenizas del Fénix.

Lola Cárdenas Luque
Por defender la dignidad de los no-natos fue como pisotearon la de los natos consintiendo que murieran de enfermedad, hambre y guerras.

Lola Carreño
Todo el mundo pensaba que plasmaba sus recetas en un libro, y nadie sospechó la verdad: su musa dictaba el libro y ella se limitaba a realizarlas después.

Alabanza a Tohil - Patricio Chaija
Miré al hombre en el pedestal; un viento invisible recorrió mi espalda. Levanté la vista a las estrellas y le hundí el cuchillo en el sobaco.

Andrés Diplotti
Era tan tímido que mandó un doble robótico a la cita. No sabía que ella había hecho lo mismo. Vivieron felices durante años sin conocerse.

De ninguna manera - Miguel Dorelo
En el diccionario personal de cierta clase de gente que conozco Impunidad e Inocencia son sinónimos.

Manjar inesperado - Susana Duré
Cuando el sirviente destapó la bandeja de plata, ella se sorprendió. 
—Yo no pedí muslo —dijo Salomé.

El viejo y el mar - Juan Armando Epple
Lo desgastan los años y lo mantiene a flote el sueño del oficio.

Macedonio Fernández
Morimos, se dice. No; es que el mundo dura poco.

Roberto Fontanarrosa
Dice Inodoro Pereyra: De porfiáu nomás, los viernes de luna yena en vez de convertirse en lobo se convertía en Caperucita Roja.

Fracaso - Felipe Garrido 
Subir al tercer piso le toma cincuenta y ocho segundos. Decide terminar. Abre la puerta. Naufraga en sus ojos, color de miel.

Tahúr - Sergio Gaut vel Hartman
Tiene que tener cuidado con su nuevo don: cada vez que nombra a un amigo muerto, el fantasma se presenta para reclamar una deuda de juego.

Ramón Gómez de la Serna
En el fondo de los espejos hay un fotógrafo agazapado.

Brujas 1 - Bruno Henríquez 
Las brujas eran piromaniacas por eso no se asombraron cuando las condenaron a la hoguera, lo consideraron como un homenaje.

Rutas y caminos 1 - María del Pilar Jorge
En la quietud dormida del campo, los caminos de tierra sueñan que una vez fueron la ruta de una caravana de carretas. 

Frase - Patricia Kieffer 
La inocencia es la causa de los males de la humanidad. Si no, pregúntale a cualquiera y te responderá “Yo no fui, soy inocente de esto”. 

Mensaje a la madre - David Lagmanovich
No quiero verte como eres, sino como te veía cuando lo eras todo para mí.

Toque de queda - Omar Lara 
—Quédate, le dije.
Y la toqué.

Javier López
Todos fueron a la playa aquél día de frío extremo, para ver la ola que se quedó congelada.

Geometría hiperbólica - Magnus Dagon
En aquella región del universo no existían líneas rectas. La construcción de edificios resultó ser muy complicada.

Carina Maguregui
Que se dejen de ladrar Sancho, me exasperan y de todos modos seguiremos cabalgando...

Trasplante - Beatriz Martínez Manzanares 
Mi corazón te espera, es lo único que queda de mí, estoy dentro de otra. Búscame.

Narciso unlimited - Sarko Medina Hinojosa
Era tan libre y moderno sexualmente, que le ganó un juicio al Estado Holandés para poder casarse con su mano… 

Del ejercicio del poder - Rodolfo Modern
Cuando F’ang, el conductor, se sentía fatigado tras una dura jornada de labor, descansaba tres años. Y con él todo el reino.

Ciudadano ejemplar - Diego Muñoz Valenzuela
Yo descuartizo criminales, atormento torturadores, timo estafadores, envicio a los traficantes, violo pederastas, despojo a los ladrones, ¿qué más se me puede exigir?

El descarado - Jaime Muñoz Vargas 
Cuando plagió, el copyright todavía estaba allí.

Poema I - Alba Omil 
De nuevo lo golpeó la realidad, con saña. Quiso aislarse del mundo. Borrarlo. Reconstruirlo. Y escribió el poema.

El poliglotón – Sergio Patiño Migoya
La puerta de atrás no tenía cerrojo. Entró, comió un primer plato, un segundo y un tercero. Luego, por divertirse, eructó y eructó y con su aliento a jamón la casita derribó.

Sólo sé - Rafael Pérez Estrada 
Sólo sé que, si abro el poema, deberá sangrar.

Caracola - Oriana Pickmann
Al oír dentro de la oreja cortada de Van Gogh, puede uno escuchar a la musa dictando a colores.

Migraña - Héctor Ranea
Sólo para las Actas, se deja constancia que la reunión para quemar la bruja del octavo no se llevó a cabo por un ataque de migraña colectivo.

Aprendizaje 1 – Nanim Rekacz
—¿Qué haremos hoy, maestro?
—Hoy tallaremos una piedra —respondió éste. Tomó un cincel y lo martilló contra el pecho del aprendiz.

Anabel Rodríguez
Amor de verano en tránsito al Caribe, busca ola con la que desplazarse. Prometo historias emocionantes salpicadas de adioses y lagrimas. Viaje grato.

Bebo tu boca - Guillermo Samperio 
Cuando beso tus labios de agua, nunca son los mismos.

Logos - Ramiro Sanchiz
El Minotauro se abrió camino por el laberinto que era Teseo y, finalmente, logró dar muerte a su razón.  

Angélica Santa Olaya 
Abrir los ojos, cerrarlos, volverlos a abrir.  El universo cabe en una fracción de segundo.  ¿Por qué el empeño en meterse al bolsillo 24 horas, 8 días y 12 meses?

Santos Dumont - Angela Schnoor 
El pequeño tamaño y el peso reducido facilitaron sus aventuras en el espacio. El gancho de una puerta fue suficiente. Allí dejó el fardo que lo amargaba, recuperando la levedad interior para el último vuelo.

Desnudo en el tejado - Antonio Skármeta
¿Y qué pretendes? ¿Qué viva desnudo en el tejado?

Melancolía - Maricela Torres
Pintar los edificios de colores festivos, no logró levantar el ánimo de los habitantes. Todo era más alegre cuando había niños.

El dinosaurio - Pablo Urbanyi
Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí.

Ayer - Álvaro Valderas
La magia va y viene.
—¿Es su hija? —pregunta, señalando la fotografía que abraza la señora.
—Era yo, ayer mismo —y rompe a llorar.

Confesión esdrújula - Luisa Valenzuela 
Penélope nictálope, de noche tejo redes para atrapar un cíclope.

Contra el secreto profesional - César Vallejo
Conozco a un hombre que dormía con sus brazos. Un día se los amputaron y quedó despierto para siempre.

Preferencias - José Luis Vasconcelos 
Después de besarla, el príncipe dijo a Bella Durmiente: Levántate y anda. Ella ignoró el mandamiento; nunca cambiaría por nada ni por nadie los seguros y cálidos brazos de Morfeo.

Castillo de arena - Rafael Vázquez
El niño hizo un castillo de arena con un fantasma diminuto vagando por su interior.

Odisea - Guillermo Vidal
Después treinta años de investigación, ochocientos mil millones de dólares y trescientos noventa muertos, descubren en Titán rastros de una avanzada civilización extraterrestre. Traducen de un gran monumento este mensaje: ¡Que la inocencia les valga, Spielberg! 

Súper-ciencia - Luis Vidales 
Por medio de los microscopios los microbios observan a los sabios.

José Luis Zárate 
Polvo somos, penando sobre los muebles.

Creencias - Marcos Zocaro
Una antigua creencia sostiene que todo aquel que a la medianoche de un día de semana lea, de atrás para delante, la palabra árirom, morirá.