viernes, 28 de agosto de 2009

Compartir es bello 3 - 29 ráfagas escritas a dúo con mis amigos


Entrega - Sergio Gaut vel Hartman & Antonio J. Cebrián
—Ha llegado tu hora, miserable —dijo la secretaria al jefe dejando un paquete sobre su mesa.
Miserable Pérez lo abrió y sacó la hora que había comprado por Internet.

Anónimo - Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
Dios decidió volver a encarnarse. Eligió ser un oscuro burócrata en una oficina de inscripción de dominios inmobiliarios en un pueblo. No hizo nada especial. Transcurrió su vida y pasó desapercibido.

Estepa - Javier López & Sergio Gaut vel Hartman
—Tengamos la fiesta en paz —dijo Atila—. Odio la violencia.
El huno no era cruel: sólo trataba de convertir la estepa en vergel. Pero primero debía acabar con las malas hierbas.

Multilocación – Oriana Pickmann & Sergio Gaut vel Hartman
Nunca se acostumbró a estar en varios lugares al mismo tiempo. Para acabar con eso, Dios instaló cámaras web en distintos rincones del universo.

Frialdad - Sergio Gaut vel Hartman & Héctor Ranea
La plaza estaba sembrada de diamantes. Los helados eran de diamante. El sexo era de diamante. Estas estrellas de diamante eran perfectas, pero muy frías.

Demora – Carlos Feinstein & Sergio Gaut vel Hartman
Llegaron, por fin, pero era demasiado tarde. Los humanos vivían en paz y los esperaban con armas que ni siquiera imaginaban, los restos de los cuatro jinetes del Apocalipsis nunca fueron encontrados.

Revelación - Diego Martínez & Sergio Gaut vel Hartman
Y era cierto, señores, el hombre nunca llegó a la Luna; el hombre emigró a la Tierra desde la Luna y el 20 de julio de 1969 regresó a su hogar.

Percance - Daniel Frini & Sergio Gaut vel Hartman
Contemplé al piloto de la nave. Estábamos encajados en una fosa oceánica de veinte mil metros de profundidad. —¡Esta vez sí que la hiciste buena! ¿Me querés explicar cómo salimos de acá?

Costurero - Sergio Gaut vel Hartman & Rafael Vázquez
Empezamos a destejer la trama de la realidad para conocer el tipo de zurcido. Cuando los jinetes del Apocalipsis aparecieron con enormes tijeras y carretes, nosotros les recibimos con gigantescas agujas de coser.

Tahúres - Saurio & Sergio Gaut vel Hartman
Los habitantes de ese planeta no tenían rostro. La galaxia era casi toda suya. Se adueñaban de sistema solar tras sistema solar jugando al póker.

Pacto - Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
—Deberías mudarte. La casa nos queda chica.
—De ninguna manera. Le prometí a mamá que...
—Sí, lo sé. —“Hasta que la muerte nos separe", pensó el siamés.

Culpable – Gi Aronson & Sergio Gaut vel Hartman
Detectives sospechan que Gaut vel Hartman es un émulo de Jack, el destripador. Encontraron en su computadora el siguiente texto: "Envío pies para componer errepés compartidas”.

Receta prohibida - Sergio Gaut vel Hartman & Héctor Ranea
—Soy una mujer apasionada. ¿Me puede vender tres kilos de papas?
—Soy un eunuco —contestó el verdulero—, pero los años me dieron cierta experiencia. El puré obra libidinosas maravillas.

Errores - Sergio Gaut vel Hartman & Rafael Vázquez
Se equivocó de caja y tomó la herramienta equivocada. Clavó la tapa desde dentro. Tratando de sacarlo, lo enterraron bajo tierra. Por un cúmulo de errores aún sigue allí.

Problema de juego - Sergio Gaut vel Hartman & Carlos Feinstein
Estaba seco como el Sahara al salir del casino, lo malo es que en la jerga de vampiros, la moneda no puede ser otra que la sangre.

Venganza – Sergio Gaut vel Hartman & Javier López
Todos los patos salieron del agua al mismo tiempo. Alzaron el vuelo y se unieron a otras bandadas. Pronto oscurecieron el cielo. La venganza animal contra la especie humana había comenzado.

Darwin y el eslabón perdido - Sergio Gaut vel Hartman & Saurio
—¿Usted es humano?
—No, soy, uh... mono.

Variación Eternauta - Sergio Gaut vel Hartman & Saurio
—¿Usted es humano?
—No, soy un Manos.

Recíproco – Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
—Me delira pensar —dijo la mujer—, lo que ocurrirá cuando me despache el mezcal que me coquetea desde la alacena.
—No imaginas lo que sentiré yo, nena —dijo el mezcal, relamiéndose.

Vida efímera - Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
Soy el habitante de un deseo ajeno; ella me descubre, se abre como una flor, es un bosque blanco entre mis ráfagas, pero estalla el reloj y dejo de existir.

¿Amor o pentotal? - Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
—Se lo digo a corazón abierto: la amo.
—¡Cállese —dijo la cirujana—, todos dicen lo mismo con pentotal.
—Pero ninguno con mi voz de papagayo auténtico.

Predestinación - Sergio Gaut vel Hartman & Antonio J. Cebrián
Renunció a participar en la carrera. Al fin y al cabo, todo el mundo sabía ya quién iba a ganar. Proclamaron vencedora por incomparecencia del contrincante a la tortuga.

Luz - Sergio Gaut vel Hartman & Rafael Vázquez
Pienso en las mujeres que amé y ni siquiera me miraron. Corrí y corrí, pero nunca conseguí estar delante de sus ojos, sus miradas siempre fueron más rápidas que yo.

Participación - Miguel Dorelo & Sergio Gaut vel Hartman
Renunció a participar en la carrera a pesar de saberse superior. La liebre sabía que un tal Esopo se inmiscuiría y lo echaría todo a perder.

Estafador – Javier López & Sergio Gaut vel Hartman
Compraba cosas como horizontes y eclipses. Luego vendía espejismos y lunas en cuarto creciente a hombres de ciudad que sólo conocían esos fenómenos por lo que leían en la prensa, mientras desayunaban precipitadamente.

Inocente - Gi Aronson, Sergio Gaut vel Hartman & Carlos Feinstein
El jurado declaró inocente a Gaut vel Hartman. Construir un ser vivo cosiendo piezas anatómicas no es delito. Condenó a Aronson con cadena perpetua por utilizar pies ilegítimos.

Inquietante – Oriana Pickmann & Sergio Gaut vel Hartman
Se metió en la cama y su sorpresa fue mayúscula al ver ya se había acostado.

Decisión – Carlos Feinstein & Sergio Gaut vel Hartman
Le dio vergüenza entrar al local, pero había llegado el momento. Debía cumplir y mantenerse sano aunque el lugar lo intimidara, como a todo renacido, especialmente el cartel que decía: "se reparan androides".

Sinestesias - Sergio Gaut vel Hartman & Rafael Vázquez
La primera vez que te vi, cuando todavía era ciego, te vi con las manos. La primera vez que te toqué, recuperado de la vista, temblando, lo hice con la mirada.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Compartir es bello 2 - 23 ráfagas escritas a dúo con mis amigos


Relativismo - Oriana Pickmann & Sergio Gaut vel Hartman
No respondía mis mensajes ni atendía a mis llamados. Sus protestas acerca de que yo viajaba rumbo a Sirio y de que a mi regreso ella tendría ciento cuatro años eran ridículas.

Victoria pírrica – Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
Para solucionar la crisis global, los ricos suprimieron la ley de gravedad; ya no hubo mujeres grávidas, no nacieron más niños y los pocos humanos remanentes vivieron felices hasta la extinción.

Regreso - Rafael Vázquez & Sergio Gaut vel Hartman
De tanto esperar, Penélope encuentra la locura y Ulises se convierte en memoria y palabra. Tras el regreso a Ítaca ella sólo puede hacer el amor con el personaje de la Odisea.

Error subsanado – Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
—Qué difícil es hacerse responsable de la propia irresponsabilidad —dijo luego de apretar el botón rojo. Pero cuando constató que los otros también habían lanzado sus misiles, se sintió mejor.

Solución alternativa - Javier López & Sergio Gaut vel Hartman
El dentista tuvo una entrevista con el vampiro, y ante la imposibilidad de confeccionar una prótesis adecuada le obsequió un set de jeringas y agujas.

Inútil – Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
Soy el hombre más rico del mundo. Convivo con un tesoro que he descubierto al caer en esta caverna bajo mi casa. Lástima que la entrada se cerró y no hay más salidas.

Prospectiva – Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
El domingo a la medianoche, los astrónomos lo confirmaron: en 23 horas y 45 segundos, el meteorito de 1.28 km2 impactará la tierra. Según se pronostica, el martes será un día difícil.

Merecido reposo - María del Pilar Jorge & Sergio Gaut vel Hartman
Cuando el dinosaurio descubrió que el hombre ya había despertado, cayó en un profundo sopor y empezó a roncar...

Un nuevo orden – Sergio Gaut vel Hartman & Antonio J. Cebrián
Según se pronostica, el martes será un día posterior al lunes. A diferencia del jueves que, a partir de ahora, será anterior al miércoles… de la semana siguiente.

Error - Miguel Dorelo & Sergio Gaut vel Hartman
Al apretar el botón equivocado supo finalmente que lo de los misiles era cierto. Poco después comprobó la verdad simétrica y complementaria: el botón del enemigo funcionaba correctamente.

Sueño – Sergio Gaut vel Hartman & Antonio J.Cebrián
Cayó en un profundo sopor y empezó a roncar. El mundo a su alrededor volvió a la vida y todo transcurrió como si él no existiera. Cuando despertó, todo se detuvo de nuevo…

Digestión - Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Cuando Carmen Carrillo despertó, el dinosaurio aún estaba ahí, hambriento, y se la comió. Pero ella esperó a que hiciera la digestión, lo emborrachó de tequila y salió en un parpadeo.

Relaciones - Francisco Costantini & Sergio Gaut vel Hartman
Sarmiento despertó y vio a Fierro a su lado.
—¿Pasamos la noche juntos? —preguntó.
—Sí —dijo Fierro.
—Bueno —completó el sanjuanino—: las cosas hay que hacerlas, mal, pero hay que hacerlas.

Elección – Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
—A mí no me gustan las microficciones elegidas a dedo —dijo Dios. Y fiel a su costumbre lo complicó todo. Ahora se eligen mediante un sistema combinado de bingo, tómbola y lotería.

Profesionalismo – Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
El hombre lobo estudiaba anatomía para resultar convincente en su papel; actuar en películas de zoofilia no es algo para tomar a la ligera.

Esclarecimiento – Rafael Vázquez & Sergio Gaut vel Hartman
El fantasma vuelca un salero sobre la mesa. Se imaginaba incorpóreo pero comprende que la soledad acentúa miedos y supersticiones. El peligro del retorno se materializa, e induce en él un terror infinito.

Gustos son gustos - Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
Juan el Bautista, tras resistir en silencio las desventuras del Apocalipsis, alargó la mano, sacó del reproductor el CD de Metallica y lo sustituyó por uno de cantos gregorianos.

Todo arreglado – Saurio & Sergio Gaut vel Hartman
—Hijo, tu madre es un travesti.
—No te preocupes, mamá. Papá, antes de irse de regreso a su planeta, me explicó que el experimento había sido exitoso.

Solución - Javier López & Sergio Gaut vel Hartman
Al fin encontré el modo de no tener que liquidar mis deudas: reuní mis escasas pertenencias, las hice efectivo, me compré una AK-47 y visité a cada uno de mis acreedores...

Rebeldía - Susana Duré & Sergio Gaut vel Hartman
Las exigencias del jugador fueron en aumento, pero los peones se amotinaron y amenazaron con no coronar si proseguía la racha de sacrificios. El jugador transó y armaron una cooperativa de trabajo.

Costumbres - Carlos Feinstein & Sergio Gaut vel Hartman
El terrícola empujó el regalo con desconfianza y asco; estaba preparado para casi cualquier cosa, pero no para aquel hábito de los cetianos: ofrecer las vísceras de su progenie como plato principal.

Final inesperado - Antonio J. Cebrián & Sergio Gaut vel Hartman
El séptimo día, terminada su tarea, Dios se levantó y comprobó asombrado que no había ninguna puerta para salir.

Indigestión - Sergio Gaut vel Hartman & Héctor Ranea
Carmen Carrillo pidió auxilio al famoso pedosaurio pampeano, quien la vio perdida y aprovechó para comérsela. Ella lo hizo vomitar haciéndole cosquillas con las pestañas y salió lo más campante.

Arte: Susana Boettner

domingo, 23 de agosto de 2009

Escritores Suicidas


Escritor suicida - Nanim Rekacz
Se cortó la vena literaria.

Escritor suicida 2 - Nanim Rekacz
Se cortó la vena literaria. No salió sangre, sino tinta aguada.

Escritor suicida 3 - Nanim Rekacz
Se cortó la vena literaria y su sangre, en el suelo, escribió un epitafio.

Escritor suicida 4 - Nanim Rekacz
En honor al arte, en vez de cortarse la vena literaria, se cortó la arteria.

Escritor suicida 5 - Nanim Rekacz
Ya sin vena literaria, cortó su arteria y escribió sus últimas palabras con sangre: Me desangro. Es el fin.

Escritor suicida 6 - Javier Lopez
De tan metido que estaba en el papel del personaje, no se lo pensó cuando éste saltó al vacío.

Escritor suicida 7 - Héctor Ranea
El terror a la página escrita fue tan hondo esa vez, que se ahorcó con las tildes de las eñes para darle fastidio a Microsoft.

Escritor suicida 8 - Javier López
Se dejó la vida escribiendo aquella novela. Luego la encuadernó con su propia piel.

Escritor suicida 9 - Javier López
Intentó apuñalarse en varias ocasiones con la estilográfica, sin lograr ningún resultado. Luego se cortó, sin querer, con el papel...

Escritor suicida 10 - Nanim Rekacz
Le puso el punto final al corazón.

Escritor suicida 11 - Nanim Rekacz
No conforme con los punto y coma, los puntos suspensivos y las comas, decidió poner el punto final.

Escritor suicida 12 o La obra póstuma - Nanim Rekacz
La mayúscula certeza en el agotamiento de su vena literaria, forzó el punto final que incluyó a su obra y a su vida.

Escritor suicida 13 - Nanim Rekacz
Habiéndose agotado la tinta, hubo de usar su sangre. Su obra fue inconclusa y póstuma.

Escritor suicida 14 - Nanim Rekacz
Su obra póstuma, escrita con su propia sangre, fue titulada por los herederos "Ultima voluntad".

Escritor suicida 15 - Nanim Rekacz
Su obra póstuma, escrita con su propia sangre, llevaba como título: "Señor Juez".

Escritor suicida 16 - Javier López
Para acabar con su vida escribió una novela bélica. Sólo tuvo que esperar a ser alcanzado por el fuego cruzado.

Escritor suicida 17 - Héctor Ranea
Al terminar de releer su novela, se prendió fuego con sus páginas.

Escritor suicida 18 - Javier Lopez
Puso fin a su autobiografía.

Escritor suicida 19 - Nanim Rekacz
El Escritor suicida 18 creyó que el mejor modo de poner fin a su autobiografía era estrellarse con su vehículo contra un árbol.

Escritor suicida 20 - Javier Lopez
Después de cinco semanas en globo, 20.000 leguas submarinas, un viaje al centro de la Tierra y otro a la Luna, no lo consiguió. Tuvo que esperar su momento.

Escritor suicida 21 - Nanim Rekacz
El Escritor suicida 18 fue sorprendido in flagrante. Pero ya era tarde para apagar tanta flama.

Escritor suicida 22 - Nanim Rekacz
El escritor suicida 8 tenía un hobbie que lo llevó a la muerte: era taxidermista.

Escritor suicida 23 - Nanim Rekacz
El Escritor suicida 10 era de los que le ponen el pecho a las balas. Su novela valía su peso en plomo, y se vendía envuelta en féretro.

Escritor suicida 24 - Sergio Gaut vel Hartman
Escribió una novela en la que narraba su propio suicidio. En la vida real murió aplastado por una biblioteca despechada.

Escritor suicida 25 - Sergio Gaut vel Hartman
Trató de suicidarse varias veces; fracasó. Escribió una novela en la que el protagonista se suicidaba; fue best seller. La fama lo arrolló y murió de un ataque cardiaco.

Escritor suicida 26 - Sergio Gaut vel Hartman
Visitó a todos los escritores que se habían suicidado para aprender la técnica. Le encantó el 14 y lo plagió sin pudor. Terminó en una celda de máxima seguridad, a prueba de suicidas.

Escritor suicida 27 - Sergio Gaut vel Hartman
Por suicidio, cambio PC con tres novelas casi terminadas por revólver y seis balas.

Escritor suicida 28 - Sergio Gaut vel Hartman
Andaba con ganas de suicidarse, pero no encontraba un buen motivo. Se hizo escritor y le sobraron razones para hacerlo. Lo malo fue que no podía decidirse por ninguna.

Escritor suicida 29 - Javier Lopez
Escribió una novela pastoral para poder suicidarse con una bala de paja.

Escritor suicida 30 - Nanim Rekacz
El escritor suicida 27 disparó seis tiros pero murió al primero.

Escritor suicida 31 - Nanim Rekacz
El suicidio es una causal de muerte natural para los literatos.

Escritor suicida 32 - Sergio Gaut vel Hartman
Muy preocupado por un posible plagio, se ahorcó colgándose de la vena poética.

Escritor suicida 33 - Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
El escritor suicida 31 de Nanim decidió cometer previamente asesinato del escritor suicida 31 de Sergio, que le había plagiado el número.

Escritor suicida 34 - Sergio Gaut vel Hartman
Era un escritor tan riguroso que antes de escribir el suicidio del personaje puso el arma en su boca y disparó. Sólo cuando vio que funcionaba adecuadamente puso manos a la obra.

Escritor suicida 35 - Sergio Gaut Vel Hartman
Los escritores suicidas se reunieron en una tertulia muy amena y divertida. Bebieron cicuta, se hicieron picar por aspides y jugaron con las cuerdas. Hemingway, impaciente, los cagó a tiros.

Escritor suicida 36 - Sergio Gaut vel Hartman
Stefan Zweig se suicidó para no terminar sus días en un campo de concentración nazi justo cuando la guerra se daba vuelta como una tortilla.

Escritor suicida 37 - Javier Lopez
Larra se suicidó porque nunca consiguió ver volver las oscuras golondrinas de Bécquer.

Escritor suicida 38 - Javier Lopez
Sólo tuvo que ingerir comida basura mientras estaba atareado escribiendo su última obra.

Escritor suicida 48 - Héctor Ranea
¿Fue suicidio el del astronauta que escribía en la bitácorra mientras su nave se estrellaba en el Mare Imbecillitatis de la Luna? ¿Puede calificarse de escritor?

Escritor suicida 40 - Nanim Rekacz
El escritor 39 de Ranea es 48 por un salto temporal ocurrido por una falla en el sistema al atravesar un tubo de gusano. Eso pasa por estar en la Luna.

Escritor suicida 41 - Nanim Rekacz

El escritor 39 precedente era suicida pero, como ya saben, estaba en la luna y se olvidó de titularse.

Escritor suicida 42 - Sergio Gaut vel Hartman
La historia oficial miente: Leopoldo Lugones se suicidó aplicándose una sobredosis de picana eléctrica. Sus últimas palabras fueron: gracias, hijo.

Escritor suicida 43 - Ambrose Bierce
Un filósofo antiguo estaba convencido de que la vida no es mejor que la muerte. Un discípulo le preguntó por qué, entonces, no se suicidaba.

Escritor suicida 44 - Sergio Gaut vel Hartman
Yukio Mishima tardó tanto tiempo en hacerse el sepukku con la katana de madera que uno de sus alumnos le acercó un revólver.

Escritor suicida 45 - Sergio Gaut vel Hartman
No es cierto que Alfonsina se haya suicidado. Fue de visita a la casa de una sirena y un tritón recién casados y como le gustó el barrio se quedó a vivir para siempre.

Escritor suicida 46 - Nanim Rekacz
Se suicidó cortándose las venas con una hoja en blanco.

Escritor suicida 47 - Nanim Rekacz
Se llevó sus palabras no escritas a la tumba.

Escritor suicida 48 - Sergio Gaut vel Hartman
Era incapaz de usar un arma y lo horrorizaba la sangre. Por eso, cuando decidió suicidarse, el escritor escribió en ellas las palabras adecuadas. Se mató con una "bomba atómica".

Escritor suicida 49 - Carlos Feinstein
Odiaba al mundo, destestaba a la gente, pero sus intentos de suicido eran inútiles, había olvidado que él era el Dios de su creación.

Escritor suicida 50 - Sergio Gaut vel Hartman
Intentó suicidarse para ser recordado como un escritor maldito, pero como se murió en la cama pasa sus días de fantasma tratando de empujar a los poetas al paso del tranvía.

Escritor suicida 51 – Carlos Feinstein
Construyó un universo perfecto para su gran novela, pero contenía tantos elementos que consumía su tiempo revisando y corrigiendo millones de pequeños defectos, hasta que su propia conciencia se diluyó en el tiempo.

Escritor suicida 52 - Javier López
Antes de suicidarse, deshoja su último libro: "Me suicido, no me suicido...". Ya sabía que el número de páginas era impar.

Escritor suicida 53 - Carlos Feinstein
Dejó de escribir y las millones de historias se acumularon en mente. La presión que provocaron lo mató de una muerte espantosa.

Escritor suicida "53"+1 - Héctor Ranea
Hay un número de correcciones finito para cada escritor. El que lo supera cree ver en su lecho una joven desnuda invitándolo pero es la ventana al vacío. Para escritoras hay mecanismos similares.

Escritor suicida 55 - Carlos Feinstein
Cada vez que iba a suicidarse, se daba cuenta de un error en sus escritos, y no podía dejarlo sin correción. Ayer murió de muerte natural a los 90 años.

Escritor suicida 56 - Carlos Feinstein
Quería suicidarse de una manera única, original, jamás vista entonces se hizo miembro del blog de Heliconia. Ahora no sabe cual elegir.

Escritor suicida 57 - Javier López
Fue escritor de aventuras. En lugar de suicidarse, puso en práctica las situaciones más peligrosas que imaginó para sus obras. Se fue a la tumba, pero disfrutando como un condenado.

Escritor suicida 58 - Sergio Gaut vel Hartman
Con apenas doce años podía anticipar fatalmente todas las etapas de su vida: ascenso, best sellers, fama, mujeres, alcohol, drogas, suicidio. Decidió no perder el tiempo en fruslerías y se bebió una botella de matarratas.

Escritor suicida 59 - Javier López
Mientras escribía en esta serie, le pisaron la minificción 58.

Escritor suicida 60 - Javier López
Las facturas, las deudas, los compromisos. En su vida todo eran ataduras, y como no vendía un sólo libro, el escritor se colgó de ellas.

Escritor suicida 61 - Javier López
Falta de inspiración y de espiración. Expiración. Fin.

Escritor suicida 62 - Sergio Gaut vel Hartman
Eran dos amigos escritores tan pero tan pobres que para suicidarse juntaron las cabezas y usaron una sola bala.

Escritor suicida 63 - Javier López
Acababa de escribir una magnífica novela. Y ya se sabe que las obras póstumas se venden mucho mejor.

Escritor suicida 64 - Javier López
Investigar sobre las causas del suicidio para su obra no fue una decisión muy afortunada.

Escritor suicida 65 - Sergio Gaut vel Hartman
Era un escritor obsesivo de las correcciones. Preparó una carta de despedida que terminaba: "me pegaré un tiro". Tachó y escribió: "me ahorcaré". Tachó y escribió: "tomaré arsénico". Tachó y escribió: "inhalaré gas".

Escritor suicida 66 - Sergio Gaut vel Hartman
Era un escritor de temas gauchescos, por lo que cuando decidió suicidarse tomó el mate, lo llenó de yerba, lo cebó con esmero y tras dar una chupada hundió la bombilla en la garganta.

Escritor suicida 67 - Nanim Rekacz
El Escritor suicida 64 se fue al tacho.

Escritor suicida 68 - Javier López
No pudo soportar la muerte de su personaje.

Escritor suicida 69 - Nanim Rekacz
(Versión extraoficial) Murió enroscado sobre sí mismo, intentando la versión escrita de la posición sexual así denominada.

Escritir suicida 70 - Sergio Gaut vel Hartman
Era un escritor perverso. Para suicidarse se hizo morder por un perro rabioso, se produjo varios pinchazos con clavos oxidados y pidió turno con el Dr. Dyoz, un proctólogo enjuiciado por mala praxis.

Escritor suicida 71 - Javier López
Escribió un libro de anticipación sobre el cambio climático y el fin del mundo. Prefirió no estar para verlo.

Escritor suicida 72 - Héctor Ranea
Él se ofreció para ordenar las microficciones. Terminó ahogado en ellas.

Escritor suicida 73 - Héctor Ranea
Perdió el concurso de novela de quinientas mil palabras por no haber puesto una coma para separar el sujeto del verbo. ¿Adivinen qué tenía la carta de suicidio? (,).

Escritor suicida 74 - Mario Berardi
Se pasó la vida entera escribiendo su autobiografía. Abatido por la inutilidad de tal empresa, se decidió a concluir su obra tras una última corrección: arrancó la última página y la tiró por la ventana.

Escritor suicida 75 - Nanim Rekacz
Estrelló su auto contra un árbol, el árbol mató a un niño, su madre murió de tristeza. El conductor sobrevivió, escribió un libro, lo ató a sus pies y se arrojó de un puente.

Escritor suicida 76 - Nanim Rekacz
Le dijeron que se había suicidado en un enfrentamiento, tirándose al Río de La Plata, desapareciéndose mientras viajaba al exterior, ahogándose en un balde, aferrado a un cable electrificado. No les creyó.

Escritor suicida 77 - Sergio Gaut vel Hartman
Era casi analfabeto, pero un rato antes de suicidarse le escribió a la esposa, a la madre, a los hijos, a los hermanos y al juez de turno. Sintió que se suicidaba todo un escritor.

Escritor suicida 78 - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando el escritor se suicidó, el luto de la esposa duró hasta que el agente le dijo que pagarían el triple por la novela inédita y que el resto de la obra sería reeditada con un contrato estupendo.

Escritor suicida 79 - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando se suicida un escritor, todos los libros del mundo consiguen lágrimas de tinta y las lloran durante un segundo exacto.

Escritor suicida 80 - Héctor Ranea
Se cortó la yugular y mientras un chorro de tinta roja le salía del pescuezo, leyó que las salpicaduras escribían el mejor poema. Duró sólo los segundos necesarios como para pensar: ¡Lástima!.

Escritor suicida 81 - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, estupefacto. Creyó que Monterroso se había suicidado, no que dormía la siesta.

Escritor suicida 82 - Javier López
Tomó alguna sustancia químicamente impura para acabar con sus días de escritor de blogs.

Escritor suicida 83 - Javier López
Su musa le inspiró un suicidio de lo más novelesco.

Escritor suicida 84 - Javier López
Se iba a suicidar frente al espejo. Pero disparó al espejo: detestaba a aquél escritor fracasado.

Escritor suicida 85 - Nanim Rekacz
Fue mediocre hasta para suicidarse y pasó desapercibido.

Escritor suicida 86 - Nanim Rekacz
Una ráfaga de viento se llevó las páginas de su libro por la ventana del departamento. Saltó. Supo que no sabía volar

Escritor suicida 87 - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando Hemingway vendió los zapatitos de bebé con poco uso no imaginó que sus botas gastadas y rotas valdrían miles de dólares luego de su suicidio.

Escritor suicida 88 - Carlos Feinstein
Se suididó después de vender las zapatos nuevos de su bebé a Hemingway. Dicen que estos estaban malditos.

Escritor (no) suicida 89 - Nanim Rekacz
Fernando Peña era un escritor talentoso. Temía que la muerte lo sorprendiera dormido. Luchó hasta el último segundo. Como no pudo vencerlo, el cáncer se suicidó y se lo llevó con él.

Escritor suicida 90 - María Del Pilar Jorge
Aquel escritor era un bromista: se trepó a la baranda del balcón y amenazó tirarse. No pensaba hacerlo, pero cuando vio la cara de espanto de su esposa, perdió el equilibrio y cayó al vacío.

Escritor suicida 91 - María Del Pilar Jorge
El escritor de novelas policiales descubrió que la protagonista era la asesina. No pudo evitar que la condenaran a muerte: atormentado por la pena, se suicidó.

Escritor suicida 92 - Francisco Costantini
El joven escritor no pudo soportar la depresión que lo hundió en la más negra de sus recónditas oscuridades cuando leyó cada uno de los minicuentos precedentes. En carne viva aportó su ficción.

Escritor suicida 93 - Carlos Feinstein
Quería suicidarse de una manera impactante, Buscaba que su vida y obra se conviertieran en leyenda. Consiguió estas minificciones, ahora vive asustado debajo de su cama. Hace años que nadie lo ve.

Escritor suicida 94 - Carmen Carrillo
Para olvidar sus días en el psiquiátrico, decidió asistir al congreso de escritores esquizofrénicos. Al llegar, los encontró a todos muertos y entró en crisis. Creyéndose vasallo del emperador Hiro-Ito, blandió la espada y se practicó el sepuku.

Escritor suicida 95 - María Del Pilar Jorge
Aquel escritor era tan impuntual, que llegó tarde a su propio suicidio.

Escritor suicida 96 - Francisco Costantini
Se suicidó para desde el mundo de los muertos escribir esa experiencia digna de un best-seller. Pero en el más allá no encontró editor para su obra. Un tema muy trillado ya.

Escritor suicida 97 - Carmen Carrillo
Cuando le diagnosticaron Alzhaimer decidió poner fin a su vida bebiendo una mezcla de whiskey, xanax y anfetaminas. Ya muerto y libre de todo padecimiento, recordó que debió escribir antes su epitafio.

Escritor suicida 98 - Carmen Carrillo
Harto de que la gente dijera que escribía sólo versos venenosos, el poeta deshojó todos sus libros y se tragó sus propias palabras.

Escritor suicida 99 - Sergio Gaut vel Hartman

Se suicidó infinidad de veces y otras tantas resucito. Escribió sus memorias y fue considerado un mediocre escritor de ciencia ficción. Fundó una religión y lo crucificaron; no resucitó. En el pecado está el castigo.

Escritor suicida 100 - Héctor Ranea
Tenía la novela mentalmente terminada. Escribiéndola notó que algo se chingaba en la trama, pero continuó. Recién cuando llegó al capítulo en que el protagonista mataba al autor, se dio cuenta del suicidio.

Escritor suicida 101 - Carmen Carrillo
Convencido de que su karma había sido limpiado, reencarnó como mujer, seguro de esta vez tendría una buena vida. Luego de haber sido Sócrates, Espronceda y Hemingway, renació una mañana soleada y lo bautizaron como Rosario Castellanos.

Escritor suicida 102 - Nanim Rekacz
Creyéndose fracasado y considerando vergonzoso suicidarse, contrató un asesino. Se arrepintió al saber que había ganado el concurso. entregaron el suculento premio post mortem a su viuda, amante del asesino.

Escritor suicida 103 - Carmen Carrillo
Nada hay que encolerice más a un escritor suicida, que sentir cómo se malogra una microficción en el momento justo en que la bala calibre .38 le taladra la cabeza.

Escritor suicida 104 - Héctor Ranea
Subió hasta lo más alto de un árbol bien alto. Arrojó el libro y el golpe aplastó a los personajes matándolos a todos. Era su autobiografía.

Escritor suicida 105 - Nanim Rekacz
No es cierto que se suicidara. Al ponerse de pie, tropezó con su barba luego de mil y una noches escribiendo sin parar.

Escritor suicida 106 - Nanim Rekacz
No es cierto que se haya suicidado. Se le secó el cerebro.

Escritor suicida 107 - Sergio Gaut vel Hartman
El escritor de ciencia ficción se suicidó de un modo original. Criogenizado hasta el año 75937, cuando los robots lo reanimaron murió asfixiado porque la atmósfera de la Tierra se había perdido en el espacio.

Escritor suicida 108 - Nanim Rekacz
Ese escritor insensato no quiso hacerse responsable por sus palabras y por eso se suicidó.

Escritor suicida 109 - Nanim Rekacz
Olvidó, simplemente, que estaba vivo.

Escritor suicida 110 - Carmen Carrillo
Cuando por fin logró dar con el libro de arena se dedicó a leerlo días y noches hasta que, enloquecido, hundió su cara en una historia de beduinos y dejó que el desierto se lo tragara.

Escritor suicida 111 - María Del Pilar Jorge
El escritor tuvo una pesadilla: soño que se suicidaba. Lo encontraron ahogado, en su cama.

Escritor suicida 112 - Sergio Gaut vel Hartman
Tenía muchas ganas de suicidarse para probar nuevas sensaciones. No tuvo en cuenta que sólo era un personaje y que el escritor había elegido asesinarlo para luego cortarse las venas en el baño.

Escritor suicida 113 - Nanim Rekacz
Dijo: "Me tomo cinco minutos y me tomo un té". Y esos cinco minutos duraron una eternidad. Así es la cicuta.

Escritor suicida 114 - Carmen Carrillo
Escribió el clásico "que no se culpe a nadie de mi muerte" y acto seguido, se colgó del árbol que estaba frente al consulado del país que le había negado asilo político para escapar de la dictadura.

Escritor suicida 115 - Carlos Feinstein
Sus propios fantasmas lo perseguían, para anularlos debía escribir sobre ellos. Lástima que no fue tan rápido.

Escritor suicida 116 - Sergio Gaut vel Hartman
Bebió el veneno y aprovechó el tiempo remanente para revisar la correspondencia. Había una inesperada carta de la Academia Sueca de Letras. La sorpresa del Nobel iba a ser doble, ese año.

Escritor suicida 117 - María Del Pilar Jorge
El escritor suicida se acostó en los rieles del ferrocarril. Pero no fue su día de suerte: los maquinistas estaban de paro.

Escritor suicida 118 - Nanim Rekacz
Quiso suicidarse, se fue a mirar Lost y desapareció.

Escritor suicida 119 - Sergio Gaut vel Hartman
Era un torturador que escribió un libro sobre sus experiencias. Cuando le remordió la conciencia convocó a los sobrevivientes. Hagan lo que quieran, dijo. No le hicieron nada. Su suicidio no ha podido consumarse.

Escritor suicida 120 - Carmen Carrillo
Se suicidó porque nadie entendía lo que escribía. Ojalá hubiese aprendido griego clásico antes de ofrecerse como voluntario para abordar la máquina del tiempo.

Escritor suicida 121 - María Del Pilar Jorge
Ese escritor era tan infeliz, que se suicidó ahogándose en sus propias lágrimas.

Escritor suicida 122 - Sergio Gaut vel Hartman
Era un escritor militante y testarudo. Cuando lo arrojaron desde el avión al río, arrollado como un matambre, se las ingenió para suicidarse antes de tocar el agua, para no darles el gusto.

Escritor suicida 123 - María Del Pilar Jorge
El escritor se volvió loco, de tanto escribir historias de suicidas. Pero antes de que pudiera matarse, lo internaron en el psiquiátrico.

Escritor suicida 124 - Héctor Ranea
Es una buena forma de suicidio, pensó el escritor. Y empezó a reír. No llegó ni a la página 127.

Escritor suicida 125 - Antonio J. Cebrián
Cuando abrió Facebook y vio que sus compañeros habían escrito un libro entero de microficciones sin esperarlo, se ahorcó con el cable del ratón.

Escritor suicida 126 - Carlos Feinstein

Era un escritor frustrado, ni su familia leyó sus relatos. Deprimido acabó con su vida. La muerte lo recogió y le hizo firmar todos sus libros, antes de arrojarlo al infierno. Moraleja inútil: Cualquier lector es mejor que ninguno.

Escritor suicida 666 - Carlos Feinstein
Escribía tan mal, que el diablo lo devolvía una y otra vez. No todas las almas son igual de apetecibles.

Escritor suicida 128 - Antonio J. Cebrián
El espectro terminó de escribir El Libro de los Muertos, se cortó las venas y entonces... nació.

Escritor suicida 129 - Antonio J. Cebrián
Escribió una larga saga de historias de hechiceros que fueron best seller. Después escribió una novela de Ciencia Ficción…

Escritor suicida 130 - Carlos Feinstein
Escribió tantos libros y tan buenos, que nunca logró morir realmente.

Escritor suicida 131 - Antonio J. Cebrián
Tenía tantas ansias por publicar que se le ocurrió un epitafio y no encontró otra forma de sacarlo a la luz.

Escritor suicida 132 - Nanim Rekacz
Plantó un árbol, escribió un libro y tuvo un hijo. Luego, se suicidó. El árbol se secó, el libro juntó polvo en las bibliotecas y el hijo se pasó toda la vida tratando de perdonarlo, inútilmente.

Escritor suicida 133 - Antonio J. Cebrián
Ráfagas de metralleta le provocaron un Parpadeo agónico...

Escritor suicida 134 - Carlos Feinstein
Con miedo se paraba horas al borde del precipio. Indeciso.
Una Ráfaga, que duró menos de un Parpadeo, resolvió la situación.

Escritor suicida 135 – Mario Berardi
El escritor intentó suicidarse provocándose una terrible sangría. Sin embargo, en vez de morirse entró en coma.
—Nada de comas —se dijo, mientras borraba y volvía a escribir—. Esto es un punto final.

Escritor suicida 136 - Susana Duré
Terminó su novela matando al personaje principal. Su seudónimo no se lo perdonó jamás, lo asesinó y, dejando un sobre que decía "Sr. Juez" sobre la máquina de escribir, se suicidó.

Escritor suicida 137 - Antonio J. Cebrián

Escribió la mejor novela de la historia y se suicidó para elevarla, por póstuma, a la categoría de Obra Inmortal. La llevaba en el bolsillo de la chaqueta cuando lo incineraron.

Escritore suicida 138 - Carlos Feinstein
No quería matarse pero su editor necesitaba un best-seller para las ventas de verano. Para pasar el invierno, siempre hay talentos jóvenes.

Escritor suicida 139 - Susana Duré
Caronte miraba, alternativamente, al lago y al escritor que trasladaba hacia la otra orilla. Desde hacía dos días, los escritores eran los que mantenían a flote el negocio.
Siempre sucedía, días después que se anunciaran los premios Nobel.

Escritor suicida 140 - Susana Duré
—O me edita la novela o me mato —amenazó el autor, dirigiendo el arma hacia su sien.
El editor ya tenía decidido publicarlo... Pero el joven escritor no supo manejar la ansiedad.
La novela póstuma fue un éxito.

Escritor suicida 141 - Carlos Feinstein
Era un parásito extraterrestre que absorbía la energía mental de los escritores. Para sazonar su comida, obligaba a sus víctimas a leer estas minificciones.
Se había vuelto adicto a la comida picante y fuerte.

Escritor suicida 142 - Antonio J. Cebrián
Era tal su ansia de molestar que, cuando la pitonisa le vaticinó diez años más de vida, se suicidó para hacerle quedar mal.

Escritor suicida 143 - Antonio J. Cebrián
Era tan rápido escribiendo que, después de apretar el gatillo, fue describiendo las sensaciones que le causaba la bala al atravesar el cráneo…

Escritor suicida 144 - Susana Duré
Al regresar a su casa, encontró a su personaje principal en la habitación de su hijo, trepando furtivamente por el lomo de un ejemplar de Harry Potter.
Fue demasiado para él y se pegó un tiro en la frente...

Escritor suicida 145 - Javier López
Iba a publicar el "Manual del Buen Suicida. 100 Consejos Prácticos". Y nunca escribía sobre nada sin estar informado de primera mano.

Escritor suicida 146 - Nanim Rekacz
Creía que las balas se desviarían ante su cuerpo, sería inmune a todo veneno, los autos se harían a un lado para no atropellarlo y ninguna enfermedad lo consumiría. Pero no estaba preparado para sobrevivir al desamor.

Escritor suicida 147 - Nanim Rekacz
Cuando él se suicidó se desangraron el libro sin terminar, la comida en descomposición, la demanda de divorcio de su mujer sobre la mesa, las botellas vacías, las facturas sin pagar, la ropa sucia.

Escritor suicida 148 - Sergio Gaut vel Hartman
Escribía cuentos de seiscientas sesenta y seis palabras, pero nunca le dijeron que ese era el número de todos los cuentos que podría escribir. Cuando llegó al límite fue suprimido. Lo hicieron parecer un suicidio.

Escritor suicida 149 - Sergio Gaut vel Hartman
A punto de suicidarse notó que no lo hacía por propia voluntad, que estaba poseído. Escribió la palabra "veneno" en una hoja y la tragó. No pudo torcer el rumbo, pero se fueron juntos.

Escritor suicida 150 - Nanim Rekacz
Cuando él se suicidó, sus problemas aún seguían ahí.

Escritor suicida 151 - Nanim Rekacz
Temía tanto morir dejando una obra inconclusa que, al terminar el libro, se quitó, la vida. Sonreía.

Escritor suicida 152 - Nanim Rekacz

No tenía nada más que decir, más nada que escribir. Tomó el revólver con als manos y lo introdujo en su boca. Disparó.

Escritor suicida 153 - Nanim Rekacz
Los pies del escritor suicida 152 hubieran prefererido irse de ahí.

Escritor suicida 154 - Nanim Rekacz
Escribir lo angustiaba. Simuló su suicidio. Se fue a vivir a la cordillera, no escribe más, talla madera, encuentra formas y texturas. Las vende en la feria. Es feliz.

Escritor suicida 155 - Nanim Rekacz
Cuando escribía su última carta imaginó a su amada leyéndola y no pudo consumar el acto.

Escritor suicida 156 - Saurio
Me corté las venas, me tomé 42 pastillas para dormir y metí la cabeza adentro del horno con el gas abierto pero no hubo caso, no se me ocurrió nada para escritores suicidas.

Escritor suicida 157 - Saurio
—¿Puedo ser el último en suicidarme?
—No, hasta 199 no paramos.
—Pero mire que soy primo...
—No me importa de quién seas pariente, 199 o nada.
—Entonces, nada —dijo, y se pegó un tiro.

Escritor suicida 158 - Carlos Feinstein
Plan perfecto, con su suicidio promocionaría su obra. Sería recordado como un oscuro autor de culto. Pero elegió el momento inadecuado. Unos cinco minutos antes del apocalipsis. Ahora forma fila en la cola para juicio final como cualquier hijo de vecino.

Escritor suicida 159 - Sergio Gaut Vel Hartman
—Soy el escritor suicidado 199.
—¿A ver? —El recepcionista revisa la lista—. No, lo siento; le informaron mal. Usted es el 159. Tendrá que esperar.
—Y mientras, ¿qué hago?
—No lo sé, escriba algo, viva.

Escritor suicida 160 - Sergio Gaut Vel Hartman
—¿Otra vez? ¿Qué quiere ahora? Le dije que falta para el 199.
—Es que me suicidé, pero no siento nada.
El recepcionista resopla.
—Todos con la misma cantilena. Ya le aviso al escritor.

Escritor suicida 161 - Diego Martínez
Decidió asegurar su fama y la de su obra suicidándose. Dejó cartas, llamó a los medios. Una mujer policía lo convenció de abandonar la idea; se casaron... La novela amarilleó en un cajón. Nunca más escribió.

Escritor suicida 162 - Héctor Ranea
Su marido la cansó profetizándole fracasos con sus cuentos. Cuando la vio con un revólver en su boca, le dijo
-Ni el tiro del final te va a salir.
Esa vez se equivocó.

Escritor suicida XXX - Héctor Ranea
Después de escribir el guión de un film pornográfico, el escritor recordó cuándo fuera la última vez. Le alcanzó con siete pastillas. Fuertes, resultaron.

Escritor suicida 164 – Sergio Gaut vel Hartman & Héctor Ranea
Su mente brillaba pero no para escribir. Sólo era porque masticaba diamantes para el desayuno, expulsando el excedente como caspa. Cuando lo supo, se suicidó bebiendo leche de soja.

Escritor suicida 165 - Sergio Gaut vel Hartman
Dios ha muerto, dijo Nietzsche. Suicidado, agrego yo, gracias a su impericia como escritor. Primero fue el verbo, después puso millones de objetos indirectos y como al pasar se acordó del sujeto. Un chapucero.

Escritor suicida 166 - Sergio Gaut vel Hartman
No era escritor, por lo que le resultaba incomprensible su aparición en nuestros textos. Descubrió la verdad al llegar a la otra orilla. Caronte protagonizó el primer cuento. Siguieron las nornas, London, Gardel…

Escritor suicida 167 - Carlos Feinstein
Era un escritor de historias oscuras, con personajes torturados, y sangre y muerte en cada página. Como pena por su suicidio, sufre en carne propia, una y otra vez la vida de sus malogradas creaciones.

Escritor suicida 168 - Saurio
Es un poeta muy talentoso. Con decirle que se suicidó siete veces.

Escritor suicida 169 - Javier Lopez & Nanim Rekacz
El escritor suicida Nº 69 alcanzó una "pequeña muerte" y en el más allá, anda buscando la forma correcta de desenroscarse.

Escritor suicida 170 - Sergio Gaut vel Hartman
Aquel escritor eligió una forma complicada de suicidio. Escribió una novela en la que la protagonista se enamoraba locamente de él y luego lo dejaba por un barrendero. Desesperado, mordió un cable de electricidad.

Escritor suicida 171 - Javier López
La única salida a su miserable vida era que la transmigración lo reencarnara en algo que no fuera un escritor.

Escritor suicida 172 - Javier López
Mientras escribía un western, pidió prestada un arma.

Escritor suicida 173 - Javier López
No fue capaz de escribir ni una nota de despedida.

Escritor suicida 174 - Javier López

Sabía las consecuencias de no dormir, tomar tres litros de café por las noches y fumar cuarenta cigarrillos.

Escritor suicida 175 - Javier López
Irónico, tituló su obra inconclusa "Stop". Lo traspasó con su vehículo cuando se acercaba el mercancías.

Escritor suicida 176 - Javier López
Hermosa pira la de sus manuscritos ardiendo junto a la bombona abierta.

Escritor suicida 176.5 - Carlos Feinstein
Descubrió la realidad era falsa y unos sujetos le ofrecieron la opción entre la pastilla roja y la azul. Elegió la roja, llena de cianuro.

Escritor suicida 178 - Sergio Gaut vel Hartman
—¿Suicidarme con un revólver? ¡Estás loco! Eso no es digno de un escritor de mi calibre.
Y el Smith & Wesson del 38 escribió el epitafio en la sien del testarudo escritor de novelas policiales.

Escritor suicida 179 aprox. - Héctor Ranea
A quien pueda interesar. Me suicido saltando al otro lado.
Nota encontrada en el espejo del baño de la poetisa

Escritor suicida 10110100 - Carlos Feinstein
Golpeó a los editores, trompeó a los críticos, insultó a los lectores, y se apartó de sus amigos y familiares. Nadie era demasiado bueno para leer sus magníficas obras, ahora es cobrador en el peaje de la autopista.

Escritor suicida 181 - Nanim Rekacz
Se extravió en su imaginación frondosa y no supo cómo regresar.

Escritor suicida 182 - Carmen Carrillo
Al sustituir un lápiz por un arma el hombre se suicida y asesina al escritor.

Escritor suicida 176 reloaded - Carmen Carrillo
Se suicidó porque sus críticos lo tildaban de exagerado. Para hacerlo, bebió medio litro de cicuta y después se pegó un tiro mientras saltaba del octavo piso con una soga atada al cuello

Escritor suicida 184 - Nanim Rekacz
No puede considerarse suicidio: creía en la resurrección, la trasmigración de las almas y la reencarnación.

Escritor suicida 185 - Nanim Rekacz
No hallaron su cuerpo. Sobre el escritorio, la última hoja escrita, decía: "Yo soy la palabra".

Escritor suicida 186 - Nanim Rekacz
Los cadáveres apergaminados de todos los escritores suicidas tienen su sección especial y ocupan precisos espacios en los anaqueles de la mortuoria biblioteca siguiendo riguroso orden temporal y alfabético, con letras doradas impresos sus nombres.

Escritor suicida 187 - Carmen Carrillo

Sabiendo que a su rival le entregarían el Premio Nacional de Literatura, decidió suicidarse durante la premiación. Curiosamente, la novela ganadora terminaba así: derrotado, el escritor apretó el gatillo cuando el ganador subió al estrado.

Escritor Suicida 188 - Héctor Ranea
Esperaba las críticas con tranquilidad. Tenía la portátil navegando por todos los diarios, esperando los comentarios sobre la última novela. Cuando los vio, hizo que su globo aerostático estallara.

Escritor suicida 189 - Saurio
Escribió una secuela porno de "Los versos satánicos" y envió los 10.000 ejemplares de la primera edición a Irán y Afganistán.

Escritor suicida 190 - Héctor Ranea
En la novela, como suele suceder, mató al personaje principal. Años después, el crítico escribió un ensayo en el que demostraba que el protagonista era el escritor. Murió en el acto.

Escritor suicida 191 – Héctor Ranea
Sus tramas noveladas eran retorcidas y tenía conexiones anómalas entre sus obras. Tanto las enroscó que terminó sofocándose con ellas.

Escritor suicida 192 - Héctor Ranea
Después de escribir toda la noche, encontró un vampiro devorando sus personajes y no había hecho backup. Usó una camisa de fuerza como cuerda.

Escritor suicida 193 - Javier López
¿Para qué esperar más?. Su muerte ya no tendría sentido cuando acabara esta serie.

Escritor suicida 194 – Sergio Gaut vel Hartman
Había dejado pasar todas las oportunidades. Pensó y no se le ocurrió nada. El personaje ocupó su lugar frente al teclado y lo resolvió de un plumazo. Nadie se había suicidado antes asfixiándose con plumas.

Escritor suicida 195 - Héctor Ranea
En medio de la tormenta eléctrica, el escritor, terminado el mejor soneto, levantó su pluma. El rayo fue tan certero que el papel quedó apenas chamuscado. Del escritor no queda nada más.

Escritor suicida 196 - Nanim Rekacz
Se suicidó, luego de cincuenta años de trabajar en la funeraria, cansado de redactar los mismos textos sobre las lápidas, una y otra vez.

Escritor Suicida 197 – Héctor Ranea

El escritor de líneas de diálogo de películas porno no pudo escribir su carta de suicidio. Sólo sabía interjecciones y ¡Ay, mi Dios!. Dejó el dibujo de una gallina.

Escritor suicida 198 - Nanim Rekacz
Parece que los últimos escritores suicidas se niegan a aparecer... ¿Será que quien se suicida último, se suicida mejor?.

Escritor suicida 199 - Nanim Rekacz
Ciento noventa y nueve ficciones y ninguna flor...

sábado, 15 de agosto de 2009

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Tiempo de cambios - Antonio J. Cebrián & Sergio Gaut vel Hartman
El anciano miró atrás por última vez y vio toda su vida pasada. Contempló el cuerpo nuevo y joven que lo aguardaba y sonrió. Ella ya se había vestido.

Inevitabilidades - Miguel Dorelo & Sergio Gaut vel Hartman
Al despertar, la princesa no esperaba encontrarse con semejante sorpresa. El príncipe era viejo, le faltaban casi todos dientes y olía a orines. Pero leyendas son leyendas. Suspiró y se dejó llevar.

Gatoletras – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Llevo a mi gato sujeto con una correa; no debe hacerse, pero en su pelaje hay frases, párrafos, libros enteros. Cada vez que alguien lo alza y lee, la realidad se transforma.

Lugares comunes - Francisco Costantini - Sergio Gaut vel Hartman
El sauce desenterró sus raíces y avanzó hacia ella. Nunca había experimentado en carne propia eso que se dice de la “lujuriosa vegetación”.

Pasatiempos - Susana Duré & Sergio Gaut vel Hartman
Teseo dijo que nada le gustaba más que remontar cometas y Ariadna ya no confió más en él.

Concretando proyectos - Carlos Feinstein & Sergio Gaut vel Hartman
Dyson siempre había sido introvertido, pero cuando finalmente puso en práctica su idea la galaxia entera lo miró con odio.

Desilusión - Oriana Pickmann & Sergio Gaut vel Hartman
La princesa no puedo dormir aquella noche; no podía creer que lo que había estado aguardando durante un siglo era nada más que eso.

Pop corn - Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
Un avión estalla en el aire y los cuerpos se abren al sol como palomitas de maíz doradas y blancas; todos siguen viendo la película por el resto de la eternidad.

Racha nefasta - Javier López & Sergio Gaut vel Hartman
En aquellos días, la narrativa estaba de luto; murieron el cuento policial, la novela histórica y el relato costumbrista. El cuento fantástico estaba en coma y la microficción intentó suicidarse.

El que guarda tiene – Saurio & Sergio Gaut vel Hartman
Se estaba muriendo. Los médicos le habían dado sólo unos meses de vida. Pero él, ahorrativo, los guardó en un cofre hermético y no los dejó salir. Le duraron doce años.

La realidad es siempre un accidente – Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
Testarudo personaje de novela, no escuché a los que me decían que sólo existo en la ficción… y aquí me tienen, hospitalizado tras chocar contra un hecho.

Amnesia – Rafael Vázquez & Sergio Gaut vel Hartman
Las desmemoriadas no guardan relación con el lugar visitado, hablan de otros espacios, momentos, gentes… Los souvenirs del olvido se venden en cualquier farmacia.

Irrestricto – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Derogaron la ley de la gravedad y la segunda ley de la termodinámica porque limitaban el poder divino. A partir de ahora la entropía se vende en los supermercados y nadie tiene sobrepeso.

Ladrón – Nanim Rekacz & Sergio Gaut vel Hartman
Llegué a un lugar llamado quimera, utopía, delirio... hay pan casero, queso, casas confortables y agua pura. Aquí, los que le roban palabras a la mujer amada reciben, como premio, un beso.

Repostería sexual – Saurio & Sergio Gaut vel Hartman
—A falta de pan, buenas son las tortas —dijo ella, mientras se desnudaba. Y agregó: —Además, el francés murió en su ley, acuchillado, pero este budinazo parece duro, como todos los galeses.

Ficción especulativa - Antonio J. Cebrián & Sergio Gaut vel Hartman
Corrió en dirección a ella, esta vez, nada en el mundo lo pararía. El espejo opinó lo contrario. A sus espaldas, la mujer lanzó una sonora carcajada.

Efectos impensados - Susana Duré & Sergio Gaut vel Hartman
Cuando alguien escribe sobre aviones que estallan en el aire, hace ficción de alto vuelo con resultado explosivo, lo que produce un efecto catastrófico en el ánimo de los lectores.

Intercambio – Carmen Carrillo & Sergio Gaut vel Hartman
Ella era caníbal y él, vegetariano. Ella devoraba sus órganos y miembros de a poco mientras él disfrutaba imaginándolos transformados en abono para su huerta.


Operación – Adolfo Leguizamón & Sergio Gaut vel Hartman
Ante la gravedad de la crisis global, los médicos anularon la ley respectiva. Los pobres —nadie les avisó de la medida— subieron flotando como globos y se perdieron en el espacio.

Ilustración:

Antoine Bouvard, nacido en St. Jean-de-Bournay, Francia, 1870-1955