domingo, 28 de diciembre de 2008

91 ráfagas del 28 de diciembre de 2008


Cordero de Dios - Jaime Valdivieso
—¿Por qué vas a matarme? ¿No sabes acaso que soy el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo?
—Precisamente por eso.

Primera vez - Lola Carreño 
Él le creyó cuando, después de hacer el amor, ella confirmó que había sido el primero. Y mientras se lo decía, pensaba. ¿Por qué todos preguntan lo mismo?

El mundo - Juan José Arreola
Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

El Cid y Jimena - Marco Denevi 
Se amaron después de tantas dificultades que en el lecho nupcial les pareció que amarse no valía gran cosa.

Andrés Diplotti
—Podemos salir de la crisis, pero tendremos que hacer sacrificios —anunció el ministro—. Empezaremos con este macho cabrío.

Oscurecimiento - Antonio Di Benedetto 
El suicida se cuelga del cuello con el cable telefónico. La ciudad queda a obscuras.

Inocente - Oriana Pickmann
Dícese de la persona que todavía cree un minutito dura menos de 60 segundos.

100 - Ana María Shua 
Mientras Aladino duerme, su mujer frota dulcemente su lámpara maravillosa. En esas condiciones, ¿qué genio podría resistirse?

Afortunado - Jorge Martín
—¡Ganaste la lotería!
—¡¿Si?! —grita agitando el billete.
—¡Que la inocencia te valga!
—¡No! Hoy es veintiocho —rompe el billete en pedacitos, rabioso.
—Era cierto que ganaste —dice el otro mientras recibe la primera bala.

Anuncio - Héctor Ranea
Para mañana los bancos anuncian devolución de dinero malhabido.

El globo - Miguel Saiz Álvarez 
Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño.

Fallo técnico - Magnus Dagon
Cuando el mago lanzó el hechizo de muerte no reparó en
que tenía la varita cogida por el extremo contrario.

El suicida - José María Peña Vázquez 
A la altura del sexto piso se angustió: había dejado el gas abierto.

De una buena vez - Sergio Gaut vel Hartman 
Fue a la taberna decidida a perder la inocencia. —¡Sácame las manos de encima, vieja asquerosa! —exclamó airado el borracho—. ¿Ahora te acuerdas?

Desinencia - Juanjo Ibáñez 
Cuando estaba escribiendo el cuento más breve de su vida, la muerte escribió otro más breve todavía: ven.

Bienvenida - Guillermo Vidal
—¿Adonde estoy?
—En el siglo veintisiete.
—¿Soy el único sobreviviente?
—No, también su suegra.
El hombre sufre un infarto y muere.
—¿Qué paso? —le preguntan
—No me dio tiempo a decirle, “que la inocencia le valga”.

Cien - José María Merino 
Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. “Te noto mala cara”, le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina.

Amores peligrosos - Olga A. de Linares
Por complacerla, no le importó en lo más mínimo provocar un cataclismo
cuando ella, inocentemente, le pidió la luna. 

El harén de un tímido - René Avilés Fabila 
Como temía decirles que no, opté por conservar a todas las mujeres que he amado.

Libertad - Jacinto Deleble Garea
Sólo cuando se atrevió a cortar los hilos que la esposaban supo la verdad: en realidad ella no era un títere, sino una cometa.

Javier López
A su mujer le dijo que salía a dar una vuelta. Lo que no nombró para nada fue la palabra mundo. 

Edilberto Aldán
El martes me lleva varias horas de ventaja. Comenzó sin esperarme.

Los reyes son los padres - Rafael Vázquez
A los hijos bastardos de los Reyes Magos nunca les trajeron ningún regalo.

Escena conyugal - Luis Felipe Hernández 
Lanzaba con presteza uno tras otro los cuchillos a su mujer, quien los recibía con el trapo para secarlos.

Sueño Eterno - Maricela Torres
Nunca había padecido de insomnio, así que para variar, decidió morir con los ojos abiertos.

Anabel Rodríguez
Cielo celeste infantil requiere con urgencia sol asalmonado y alguna nube para maquillarse. Interesados presentarse a casting al atardecer.

Los del geriatrico le comprendemos - Alejandro Sosa
—El señor Hayata tiene otra vez ese ataque de ira, pisotea las maquetas que tanto le cuesta construir. Además se niega a que le pongamos el supositorio.
—Vaya de nuevo y dígale que es la cápsula beta.

Urdimbre - Orlando Enrique Van Bredam
—¿Tu marido es celoso? —preguntó él.
—Sí. Mi marido es el oso que viene ahí —respondió ella.

Amor devorado - Sergio Patiño Migoya
De tanto jugar al gato y al ratón, dejaron marchar todos los trenes. No supieron comprender que el tiempo es un perro hambriento.

Agujero - Beatriz Mingo
Tenía un agujero en el bolsillo por el que caían todas las penas.
Cuando se hizo rico compró ropa nueva, y las penas volvieron a
acumularse en sus bolsillos.

Fábula - Jairo Aníbal Niño 
Y los ratones hicieron una alianza y la serpiente de cascabel le puso el cascabel al gato.

¿Cuánto Hay? - Miguel Dorelo
Era un juez muy coherente con sus fallos. La inocencia o culpabilidad del acusado era siempre proporcional a la fortuna personal que este poseyera. 

Equívoco - David Lagmanovich
Era ciego y caminaba por la calle Florida con un bastón blanco, apoyado en el brazo de una robusta criada, pero no era Borges.

Hondazo - Lola Cárdenas Luque & Sergio Gaut vel Hartman
Antes de morir a manos de David, Goliat dijo: —Lo que consigas por la fuerza sólo demostrará que eres un bruto, no que tienes razón.

Veredicto - Antonio J. Cebrián
El juez golpeó con el mazo sobre la mesa y dijo: —De la acusación de no ser culpable, yo le declaro inocente… Por lo cual dispongo que se le libere de la privación de cautividad.

Pájaros - César Antonio Alurralde 
Las ramas se poblaron de pájaros. Sonó un disparo y el árbol cayó pesadamente.

Ingenuidad - Patricia Kieffer 
—¿Qué se siente haber perdido la inocencia? —preguntó el amante.
—¿A qué llamas inocencia?
—No saber cómo es algo hasta que te sucede...
—Podrás responderte, mañana. —Lo durmió de un golpe y le robó todo. 

Justicia - Jaime Muñoz Vargas 
Hoy los maté. Ya estaba harto de que me llamaran asesino.

Prueba de vuelo - Eugenio Mandrini 
Si evaporada el agua el nadador todavía se sostiene, no cabe duda es un ángel.

Una sola carne - Armando José Sequera
Tan pronto el sacerdote concluyó la frase: …y formaréis una sola carne, el novio, excitado, se lanzó a devorar a la novia.

Carmen Leñero
La empatía entre los cuerpos lleva a una inercia de imitación: cuando salíamos apresurados del hotel, a media tarde, traías uno de mis aretes puesto.

Pequeños cuerpos - Triunfo Arciniegas
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron.

Las alas - Ana María Mopty De Kiorcheff 
Tres veces soñó que le ponían alas; se propuso no soñar como niño o como beata, y se fue, dormido, sin alas.

Mercado - Gonzalo Celorio 
Señora, si usted tuviera idea de mi soledad, no me exigiría que comprara cinco pesos de perejil: me vendería diez centavos.

Génesis - Alba Omil 
El soplo dijo sí y fue la vida. Y no hizo falta la palabra.

Huida - Ricardo Reques 
Antes de caer pude ver cómo mis sueños se escapaban rápidamente por los pasillos del metro.

Lógica Herodiana - Daniel Frini
Un adulto piensa. Todo niño esconde un adulto. Mejor matarlos antes de que crezcan.

De escaquística - Juan José Arreola 
La presión ejercida sobre una casilla se propaga en toda la superficie del tablero.

Violación - Carlos Feinstein
Era un sujeto de orejas grandes y largas, peludo y baboso; describía la pobre niña al oficial de policía, mientras se arreglaba la rasgada capa roja.

¡Sorpresa! - José Costa Santiago 
La primera mañana después de mi muerte.

Superávit de conciencia - Guillermo Vidal
Claro que papa Noel es una invención sociocultural a fin de promover el comercio. Yo adhiero a esa ficción, mamá, acá tenés la lista de lo que quiero.

Amenazas - William Ospina 
—Te devoraré —dijo la pantera.
—Peor para ti —dijo la espada.

Ucronía - Sergio Gaut vel Hartman
Herodes lo pensó mejor y no dio la orden de liquidar a los infantes. Pocos años después, una horda de niños invadió el palacio y lo ahorcó con sus propias tripas.

Lengua de víbora - Jaime Valdivieso
No tuvo que apretar el gatillo bastó que lo forzara a morderse la lengua.

Musa cruel - Olga A. de Linares
Le encantaba hacer bromas el Día de Inocentes, y el 28 le susurraba a cuánto
escritor tuviera a mano el inicio de la mejor novela del siglo... Pero
nunca volvía a visitarlos. 

Tú y yo - Marco Denevi
Leímos todo cuanto había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor.

Inocencia - Héctor Ranea
El dinosaurio le dio a fumar una pitada, después de lo cual él comprendió por qué se había despertado.

Círculo - Sergio Patiño Migoya
Y al final de los tiempos, el hombre hizo a Dios.

Graffiti - Orlando Enrique Van Bredam
Es fácil juntar de nuevo a Los Beatles. Sólo se necesitan tres balazos.

Nietzsche - Lola Carreño
En su belén, Nietzsche representaba el funeral de dios y el nacimiento del superhombre.

Reencuentro - David Lagmanovich 
No eras tú la que yo quería volver a encontrar, sino tu recuerdo.

Herodes - Antonio J. Cebrián
Herodes, poco ducho en la caligrafía hebrea, confundió un signo y ordenó por error matar a todos los mayores de dos años. Y la humanidad entera se extinguió.

El corrector - Jaime Muñoz Vargas 
Cuando enmendó, la herrata todavía estaba allí.

Resignación - Patricia Kieffer 
—Llegó el momento de cambiar las reglas: se acabó eso de que los inocentes vendrán al Cielo —protestó Dios.
—¿Y eso por qué? —preguntó el ángel.
—Hace siglos que no viene nadie... tengo el Cielo vacío. 

El holandés errante - Beatriz Mingo
Ya tiene la respuesta, pero aún recorre los océanos en su barco
fantasma buscando la pregunta.

Quebraderos de cabeza – Jacinto Deleble Garea
Cupido usa flechas en muy contadas ocasiones, lo normal es que ataque a pedradas.

Fiesta completa - Eugenio Mandrini 
Y llovieron panes sobre el circo.

Santos inocentes - Miguel Dorelo
—Dejad que los niños vengan mi —exclamó el Mesías.
—No vale, ¡yo lo dije primero! —gritó indignado Herodes. 

Dibujo - Ana María Mopty De Kiorcheff 
Con claridad soñó que el que lo creaba, moría. Al día siguiente no pudo despertar ninguno de los dos.

Andrés Diplotti
No me importa lo que la gente piense de mí. Eso sí: que nadie se dé cuenta.

Otro dinosaurio - Eduardo Berti 
Cuando el dinosaurio despertó, los dioses todavía estaban allí, inventando a la carrera el resto del mundo.

Inocencia - Sergio Gaut vel Hartman 
Creía en Santa, en la Virgen María, en la honestidad de políticos, curas y abogados. Un día olvidó cerrar la ventana y entró la realidad.

César Vallejo 
Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar.

Sin entender, apenas oyó: - Daniel Frini
— … a ser ejecutado en la horca, ahora.
Al abrirse la trampa, el cuerpo muerto se balanceaba lento. Se acercó el verdugo.
— Che, era una joda. Que la inocencia te valga.

Brujería - Héctor Ranea
Cuando supo que no era verdad que ese tipo había muerto, comenzó sus estudios superiores de magia negra. No debía fallar otro 28.

Balas - Antonio J. Cebrián
En el puesto de feria el cartel rezaba: “sienta como le disparan con balas de fogueo”. En el plomo de cada bala iba grabada la palabra: “Inocente”.

Lección - Patricia Kieffer 
El niño miraba arrobado al ángel. Con sus alas, éste le propinó un fuerte golpe. El niño se fue, llorando.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó otro ángel.
—Por su bien, acabo de robarle la inocencia. 

En estricto sentido - Jaime Muñoz Vargas 
Se nos acabó el amor. Nos separamos. Cada cual cogió por su lado.

Edilberto Aldán
Acelera para alcanzar, al fin, el final del cuento.

Anabel Rodríguez 
Perdida pasión por la vida. Vivaracha, ardiente, risueña. De genio vivo, luce un pequeño lunar en la barbilla. Se gratificará. Contacto: indolente reciente.

Javier López
Los bebés vienen sin manual de instrucciones.

Alejandro Sosa
Antes de dar con la clave de los viajes espacio-temporales apareció una mujer que le hizo olvidar el proyecto.

Rafael Vázquez
Dios se propaga como una luz a velocidad infinita. Hay partes del universo adonde aún no ha llegado. 

Dadivosa - Olga A. de Linares
Fue tan generosa con su amor que, cuando quiso darse cuenta, no le había
quedado ni siquiera el propio, y tuvo que pagar muy caro uno de ocasión.

Oriana Pickmann 
Una de las voces del esquizofrénico era paranoica, se sentía acosada por las otras voces.

Cálculos renales - Agustín Monsreal 
¡Cuánto sufrí para poder arrojar la primera piedra!

Responsabilidad - Jorge Martín
—¿Jorge pudo llevar los pedidos de fin de año?
—Sí, pero terminó reventado.
—¿Trabajó mucho?
—No, le explotó una caja de pirotecnia. Quedo repartido por todo el barrio.
—Siempre tan cumplidor. 

Última - Luis Britto García
La última muerte se me olvidó, que es como si hubiera muerto doblemente.

Actualización - Guillermo Vidal
La gente que cree en papa Noel con el trineo y el polo norte, sostiene disparates. Una nave interdimensional es más probable para repartir los regalos en una sola noche, sin descartar la asistencia de clones. 

Andrés Diplotti
Cuando en EE.UU. la economía andaba bien, derrochaban: los gatos tenían nueve vidas en vez de siete. Pero ahora, con la debacle, las bajaron a cuatro.

Modernización de sistemas - Magnus Dagon
En vez de candado, el Cielo tiene una cerradura electrónica que pide como contraseña el nombre de Dios.

Amor filial - Lucía Coria
—Mami, ¿puedo hamacar al abuelito?
—No, querido. Espera a que termine de ahorcarse.