miércoles, 27 de agosto de 2008

17 ráfagas del 27 de agosto de 2008


Desubicado - Eduardo Abel Gimenez
Para dar a entender que algo requería mucho esfuerzo o dinero, decía que costaba un Perú y la mitad del otro.

La culta dama - José de la Colina
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado "El dinosaurio". —Ah, es una delicia —me respondió—, ya estoy leyéndolo.

Ricardo Bada
El oro, el incienso y la mirra siempre me resultaron sospechosos como regalos a un recién nacido.

Luís Felipe Lomelí
—¿Olvida usted algo?
—¡Ojalá!

Golpiza justificada - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando llegué, mi jefe estaba moliendo a patadas a un tipo.
—¡Señor Welles, no lo lastime más! —exclamé cuando advertí quien era—. ¡Es Steven Spielberg!
—¿Por qué cree que le estoy pegando?

Luces - Alvaro Ruiz de Mendarozqueta
En mi casa hay arañas en todos los rincones y en los cielos rasos. Pequeñas de patas flacas y grandes de patas de caireles de cristal. Cuando enciendo la luz, todas se iluminan.

Cigarro - Esteban Moscarda
Al terminar ese cigarro se pegaría un tiro. El problema fue descubrir que el cigarro no se consumía.

Costumbres perversas Magnus Dagon
Al cometer mi primer crimen fui condenado al destierro.
Comprendí que era una buena excusa para viajar.

Odio a los paparazzi - Daniel Frini
¡No, no y no!¡No soy el de Silvio!¡Yo soy blanco! Blan-co. ¿Entienden? —dijo el unicornio.

Fábulas inútiles 6 - Jorge Martín
Un joven pastor cuidaba el rebaño y para divertirse gritó varias veces que venían los lobos. Descubrió que nadie acudía a su llamado. Por el contrario todo el poblado se escondía en el castillo.

Harto - José Luis Zárate Herrera
Harto de tanta historia el sultán decapitó a su esposa, pero la cabeza de Scheherezade siguió hablando sin más. El sultán aceptó el milagro porque bien podía tratarse de otro cuento.

De nada - Eduardo Abel Gimenez
Comprobado. Tras medio siglo de corrección y responsabilidad, te dan una lapicera con el capuchón bañado en oro y te agradecen los servicios prestados. La tinta la seguís poniendo vos.

Platea – Sergio Gaut vel Hartman
Un vagabundo hace su diario paseo cloacal. De pronto se detiene y mira extasiado hacia arriba.
—Millones irán al cine y amarán esta escena, pero nadie verá a Marilyn como la estoy viendo yo.

Ingeniería espacial Magnus Dagon
Abrieron el motor del ovni estrellado y millones de
luciérnagas surgieron de su interior. No había nada más.

Con ella siempre me sentí seguro – Daniel Frini
—No, m’hijo. Los fantasmas no existen —me tranquilizó mi abuela, muerta hace veinticinco años.

Asesinos seriales - Jorge Martín
Había dos chanchitos que habían perdido su casa por el lobo, huyeron con un tercero que dejo la puerta abierta y al entrar confiado el lobo cayó en una trampa. Ahora cazan todas las tardes.

Promesa - José Luis Zárate Herrera
El personaje de este cuento prometió ante la máquina de escribir y las hojas blancas que si iba a escribir algo debía ser su realidad. Sólo entonces descubrió que no tenía ninguna.